Le hice caso y prendí el televisor, poniendo lo pedido, mientras hablábamos, íbamos escuchando, por si decían algo de lo ocurrido en el municipio. Las chicas se reunieron con nosotros trayendo tasas de humeante café.
- Que pena es estar encerrados en la oficina un domingo -dijo Clara- pero como tengo un mal presentimiento, mejor es estar aquí que afuera en estos días.
- ¿Por qué? ¿Que es lo que piensan? -pregunto Paola.
- Por qué no llamas a la casa de tu hermana, para saber si esta Antonio, así le preguntamos si sabe algo -pedí yo, como si no pasara nada.
- Bueno, alcánzame el teléfono -pidió ella- que llamo.
Paola hablo con su hermana, él marido estaba de servicio, lo habían llamado de urgencia cortándole el franco. Que todo estaba bien según él.
Santiago y Yo, nos miramos con ojos de cómplices, los dos sabíamos que no era una situación normal.
Finalizaba la tarde, cuando decidimos ir hasta el bar de Pepe, salimos, fuimos caminando entrelazados, entre si, al entrar, las mujeres saludaron al dueño, dándole las gracias por estar siempre abierto y se dirigieron resueltamente a la mesa, nosotros a una indicación de Santiago, nos quedamos retrasados, detrás nuestro, entró un hombre que se acomodó en la barra, pidiendo café con leche y tostadas, Santiago se puso detrás de el, yo a un costado, el hombre dijo sin moverse y muy calmo.
- Tranquilo Reyes, soy colega, vaya a sentarse con su amigo, tomen lo que quieran con sus novias y derecho a su casa lo mas rápido posible, este domingo por la noche puede ser peligroso andar por la calle y también esta semana, es preferible que se queden en sus casas, esta pasando la maquina de fumigar y va ser con mucho veneno.
Dicho todo sin respirar, se cayó y comenzó a esperar lo pedido, con mucha tranquilidad, Santi me hizo señas y nos fuimos a sentar, las chicas habían pedido facturas y café, como para un regimiento, sin darse cuenta del rápido movimiento, que hicimos al entrar, nosotros no dijimos nada.
Luego de haber deglutido lo pedido, Santiago propuso.
- ¿Qué les parece si pedimos un remis?
- Pero si podemos ir caminando -dijo Paola.
- Clara, llama vos un remis que yo te explico luego Paola -dije pensativo.
Ya en el auto, nos dirigimos primero a la casa de Clara y Santiago, luego nos llevo a casa, cuando bajábamos, vi que enfrente, había un auto estacionado, entre las sombras de los árboles, en su interior, había una pareja, que se abrasaban sin disimulo, de pronto, un haz de luz, proveniente de un automóvil, que pasaba por el lugar, ilumino las caras de los ocupantes, en ese momento fugas, reconocí al hombre que me había alcanzado, el sobre en el bar de Pepe, este, al notar que lo había reconocido, me saludo con un leve movimiento de cabeza.
Al entrar a casa nos pusimos cómodos de ropa, prepare café y nos sentamos bien juntos en la alfombra, prendimos el televisor, pusimos un noticiero, en él, estaban pasando los hechos acontecidos el sábado, cuando dieron los nombres de los tres policías muertos, los anote, Paola preguntó por qué lo hacia, le conteste que eran para cotejarlos con las notas de Antonio, luego le pedí, que cuando se acordara, los llamara.
Nos quedamos abrazados, en silencio, disfrutando estar en casa, seguros y juntos, al rato, se escucho a lo lejos, el ulular de una sirena policial, ella pregunto.
- ¿Guille, que era lo que me ibas a explicar cuando saliéramos de lo de Pepe?
- Fue que nos encontramos con un policía, que nos dijo que no saliéramos de casa por unos días, que iban a pasar cosas raras, como lo que ocurrió anoche, entonces decidimos con Santiago, que era mas seguro regresar en auto y no caminando, con lo que podíamos correr algún riesgo ¿Por qué no llamas a tu hermana ahora? Y le preguntas por Antonio.
- ¿Es todo tan peligroso? Que nos tenemos que quedar encerrados en casa -pregunto ella.
- Mientras tengamos comida en la heladera, y mucho amor por dentro, podemos estar encerrados por años -conteste yo haciéndome el serio.
Ella me beso y abrazo con fuerza, mientras decía.
- Mañana salgo a comprar comestibles y nos encerramos por años.
Riendo de la ocurrencia, nos volvimos a besar, y apretados, nos quedamos diciéndonos palabras de amor, rompió ese momento, el sonar de la campanilla del teléfono, atendió Paola.
- ¡Hola! Si Santi, te paso con el, chau, besos a Clara.
Si Santi -conteste yo- ¿Qué paso?
- ¿Viste televisión? En el noticiero, dieron los nombres de los policías muertos.
- ¡Si! Los tengo anotados, si queres te los paso.
- ¡No! ¡No! Yo también los anote, los tres están en la lista, así que creo que se viene brava la limpieza, todos murieron a manos de delincuentes comunes, que se encontraban en las cocinas, ¿Que me contas?
- Mira Santi -dije molesto- vos sabes que no me parece bien, como abogado, te tengo que decir. Que no es la forma correcta, como ciudadano común, pienso que alguien se tiene que poner las pilas contra el delito, pero siempre de acuerdo con las leyes, ahora, que este sea el método obligado, por las circunstancias en que se encuentra el país, me lo tendré que aguantar, aunque no este de acuerdo, por favor cambiemos de tema ¿Cómo esta Clara?
- Bien, tranquila, porque así yo salí del caso ¿Qué hacemos mañana? Nos vemos en la oficina.
- No se, no tengo nada para terminar, por qué no vienen a almorzar a casa, pero si vienen, no vengan en tu auto, ah…Casi me olvido de comentarte, cuando llegamos a casa, vi, que enfrente, estaba el policía, que me dio el sobre mandado por el Jefe Policial Constanzo.
- Así, que bien, a mi también me pareció ver que nos seguía el del bar, quiere decir que nos tienen cuidados, por algo será, tal vez esperan una represalia contra los que levantaron polvo, o sea nosotros ¡Si! Mejor voy a tu casa, antes del medio dia, así Clara le da una mano a Paola, pásale el teléfono, que así se ponen de acuerdo en que comprar, chau Guille hasta mañana.
Paola, atendió poniéndose de acuerdo en las compras, ellos encargarían los comestibles y harían que los entregaran en casa, los saludamos y cortamos.
No bien lo hicimos, volvió a sonar la campanilla, era la hermana de Paola, se pusieron a hablar de viejas épocas, luego por las contestaciones en vos baja, de la actual situación de pareja conmigo, de vez en cuando me miraba y sonreía, asintiendo o no, según la hermana le preguntara, siguieron así un rato largo, luego Paola le pregunto por Antonio, este recién llegaba y atendió diciendo.
- Hola Paola, como estas, y Guillermo, a perdóname muy rico lo del sábado, la pase muy bien, espero que seas feliz, el abogado es una buena persona y sus amigos también, me alegro mucho por vos: Ahora pásame con él, chau besos.
- Hola, buena noche Antonio -dije- como estas.
- Todo bien Guille, gracias, escuchaste lo de mis colegas.
- ¡Si! Pero no hablemos de eso, ya va a ver tiempo de sobra para hacerlo personalmente, solo quería decirte que te cuides y que cuides a mi cuñada y mis sobrinos; Conta conmigo para lo que sea.
- Bueno gracias, aquí esta todo bien y así va seguir.
Nos saludamos y cortamos, Paola se acurruco más a mí y así estuvimos retozando un buen rato, luego nos fuimos a dormir….
Nos levantamos temprano, desayunamos, mientras Paola repasaba la limpieza de la casa, me puse a leer unos libros de leyes, al rato, llegaron los del súper, con lo que ella, le había encargado a Clara, que era un enorme pedido de comestibles variados, pague la cuenta y me dispuse a entrar cajas y bolsas, al pasar ella junto a mi, dijo sonriente.
- Ahora, nos podemos encerrar por algunos meses, espero que los años que tenes, te permitan aguantar el ritmo que te voy a imponer, o llamo también a la farmacia, como dijo Santiago.
Ella, se puso a reír, su risa, era para mi, como una brisa suave, que entraba en mi cuerpo ocupando, todos los espacios vacíos que se encontraban en el, haciendo que este, flotara en una nube de gozo y felicidad.
Antes del medio dia, llegaron Clara y Santiago, le abrimos la puerta entre los dos, bromeá-bamos riendo, de quien tenia el honor de recibirlos.
Las mujeres, se fueron directo a la cocina, nosotros, nos pusimos a comentar lo pasado, con los policías muertos, ante los argumentos que expuso Santi, por lo ocurrido, no me quedo otro remedio, que aceptar, muy a mi pesar, que tenia razón en un gran porcentaje, luego de almorzar, nos dedicamos a ver televisión y hablar de nuestro futuro, ya entrada la tarde, pusimos un noticiero, en el que comentaban los hechos pasados, y otros que estaban pasando, un intento de asalto en el que habían perdido la vida dos policías.
Cuando ellos se marcharon, nosotros nos encerramos por varios días, durante los cuales se fueron dando distintos sucesos, como la muerte de varios policías de la zona, y otras zonas vecinas, todos se encontraban en la lista de Antonio; También murieron algunos peruanos, vinculados a las bandas de narcotraficantes: Tres altos jefes policiales, se suicidaron y uno fue dado de baja, desapareciendo rápidamente, de todo lugar que frecuentaba. En los periódicos, solo salio que era una guerra de narcotraficantes; Por el poder en la zona; El agresor de Coti, tuvo un accidente, falleciendo en el.
A medida que se calmaban las cosas, nuestras vidas volvían a la normalidad, Clara y Santiago, se casaron en la fecha que habían fijado, luego de una intima recepción, se fueron a recorrer la costa atlántica.
Paola, al salir de la municipalidad, venia todos los días a la oficina, una tarde en que no tenia citas acordadas, le propuse.
- Mi querida mujercita, vayámonos temprano a casa, quiero disfrutar un pensamiento.
Ella, contesto animosa y sonriente.
- Como vos quieras Guille, por algo sos el jefe ¡Aquí! ¡En la oficina!..
Estábamos por salir, cuando sonó el campanilleo del teléfono, ella atendió.
- Estudio del doctor De Padua.
Luego de escuchar al que llamaba dijo intrigada.
- Es el señor Constanzo, quiere saber si lo podes atender unos minutos.
- Si pásamelo a la oficina, ya en ella, atendí contrariado, ya que él, hacia volver el desacuerdo que tuve, con el final del caso Coti, como lo llamábamos.
- Hola como esta usted jefe, en que puedo serle útil.
- Todo bien De Padua, solo lo llamaba para pedirle disculpas, por lo hecho en la zona oeste y darle las gracias, por no dar a conocer los detalles íntimos, de la operación sin anestesia, que tuvimos que realizar, se que no debe haber sido fácil, para un hombre de leyes e integro como es usted, créame que a mi me costo mucho la decisión que tuve que tomar, la que consulte con muchos colegas, y era la única forma que encontramos. Le cuento como excusa, que dos de los jefes involucrados, eran íntimos amigos míos de la niñez. Hasta que no cambien algunas leyes, siempre va ser una difícil situación la que debamos tomar los que queremos una sociedad mejor, aun a costa de infligir las leyes. Bueno no lo molesto más, nuevamente gracias por todo.
Corto, luego que lo saludara, me quede pensativo y meditabundo, por lo que había escucha- do, me saco del trance, la voz de Paola preguntando.
- ¿Todo bien Guille? Nos vamos a casa, o nos quedamos.
- ¡Si! ¡Si! Vayamos a casa -conteste alterado.
Ella, sorprendida de mi reacción, se puso al volante del auto sin preguntar, ya se había dado cuenta que algo me estaba pasando.
Al llegar a casa, me di una larga ducha, para aflojar los tensos músculos, la no aceptación en mi interior, de las palabras que había dicho, el Jefe Policial, me habían alterado la psiquis y el cuerpo, Paola, sin saber que me estaba pasando, trato de sonsacarme diplomáticamente, fracaso en el intento, también trato de que cenara, tampoco lo logro, las palabras del jefe daban vueltas y vueltas en mi cabeza, nos fuimos a dormir; Esa noche, Paola, durmió por primera vez inquieta, ya que nunca me había visto en ese estado de alteración nerviosa, Yo, no logre dormir mas que minutos, tratando de hacer un autoanalisis, cuando me di cuenta que todo lo malo ya había pasado, me corrió por dentro esa sensación rara, de la emoción, que deja el pecho como vació y afloja el cuerpo, hacia un rato largo que había amanecido, el cielo, ya era azul del todo, a través de la ventana, había visto, el paso de la noche al día, sin apenas darme cuenta, que el paso del tiempo, fue así de rápido.¡Ahora! Mi mente, libre de esa angustiosa situación, quedaba abierta, solamente para albergar la imagen de Paola, y los proyectos futuros que nos habíamos prometidos juntos, que con paciencia y amor, los podríamos realizar todos, cuando ella comenzó a moverse, desperezándose de bajo de las sabanas, que cubrían su bello cuerpo, la ayude a despertar, diciendo.
- Mi querida Paola, si vos no estuvieses a mi lado, yo tendría apagado, el fuego interno que da la vida: ¡Ya no puedo imaginar, esta sin vos! ¿Queres casarte conmigo?
Ella, terminando de desperezarse rápidamente, exclamó preguntando.
- ¡Como! ¿Qué estas diciendo?
- ¿Si queres casarte conmigo? -Volví a preguntar con voz suave.
Salto ella sobre mí, diciendo alborotada.
- ¡Si!... ¡Si quiero!... Que susto, que tuve anoche, pensé que yo era la culpable, de tu enojo, y de que te sintieras mal.
- Perdóname -dije con voz tierna- jamás vas a sentir eso de mí, en todo caso, prefiero discutir con vos, que estar con otras. ¡Lo nuestro, es algo más que un simple amor!
- Yo tampoco podría vivir sin vos. Te amo y mucho.
Luego, nos quedamos apretados en la cama, haciendo planes para el futuro.
El municipio, se encontraba en calma.........................POR AHORA
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