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lunes, 25 de abril de 2011

Ravioles de Chocolate

Ravioles de chocolate



Ingredientes para la maza, con esta cantidad sale aproximadamente una caja o sea una plancha.
50grs. de Cacao en polvo.
200grs. De harina
4 Huevos.
Una pizca de sal.
Mezclar el harina y el cacao, mas la pizca de sal.
Colocar esto en un Vols. hacer un hueco como si fuera el clásico volcán y colocar un huevo batido ligeramente, comenzar a mezclar y agregar los huevos ligeramente batidos, de a poco, cuando la maza este unida y se convierta en una maza suave y elástica, tapar al contacto con lo que uno tenga si es un papel fils, mejor, dejar descansar la maza, una hora mas o menos, luego estirar no muy fina.

Para el relleno, ya frió y hecho del día anterior, esto se puede guardar en la heladera por varios días y en el frise tres meses. Ingredientes.
200grs. De crema de leche.
200grs.De chocolate con leche dulce.
Poner a calentar la leche nunca debe hervir.
Luego agregar el chocolate, en trocitos pequeños.
Batir bien para amalgamar, las dos clases dé ingredientes,
una ves frió, guardar en la nevera.
Cuando uno esta dispuesto a armar los ravioles, usar la crema
con una manga, teniendo la maza estirada en dos partes iguales Tapa y Piso, ir colocando con la manga, copitos de la preparación de la crema(esto se denomina, Ganah) ) poniéndolos en forma pareja como si estuviera centrando el relleno en donde estará el centro del raviol, una ves colocados todos los centros de relleno mojar con un batido suave de Clara de Huevo por los bordes con un pincel, para lograr un buen pegamento de ambas mazas, tapar con la maza y hacer un cuadradito de adentro hacia afuera sacando el aire que tienen adentro, si uno tiene un marcador en cuadritos, usarlo para apretar bien los bordes, luego cortar en forma cuadrada, con la ruededita tradicional si no se tiene una ruedita puede ser un cuchillo bien filoso apretandando mas que cortando, taparlos con un Fil. una servilleta de genero para que no se seque la maza.
Bien ya tenemos los ravioles. Ahora a freírlos con abundante aceite neutro, ojo que se fríen rápido, son minutos eso un poco lo determina el grosor de la maza el fuego que usen y el aceite que usen, como orientación, es algo menos que si los estuvieran hirviendo, sacar dejar enfriar tapados para que les baje la temperatura de a poco, reservar.
Para la salsa, procesar esto es un poco complicado en cuanto la cantidad en hacer no en el proceso, es dependiendo donde los van a servir, por lo tanto mas vale hacer de mas para que sobre y que no falte, total es sencilla y si sobra se puede usar para otra preparación dejando volar la imaginación, procesar  cuatro mitades de Durazno en almíbar con un chorro de ron oro o alguna bebida alcohólica a gusto, siempre de las claras.
Ideal servir en copas de martines o similar poniendo la salsa que debe quedar espesita si se paso con la bebida alcohólica no se preocupe, procesa mas Duraznos y asunto terminado, luego poner los ravioles por encima algunos trocitos de la fruta en brunua, (trocitos pequeños) espolvorear con azúcar impalpable o azúcar Glass.
Para repetir, después de una comida liviana.   



                                                                                         Roberto Coti
                                                                                       Cuentero y chef

la soledad

La Soledad


Noche tras noche parecería que voy cuesta abajo
en el camino, para darme cuenta que este nunca
termina, miro hacia atrás y allí hubo una cosa
que yo solo se y es que ya no puedo hacerlo todo
solo otra vez, estoy demasiado débil para estar
de pie por mi propia cuenta, cuando lo que necesito
es estar en ti, dirígeme, guíame, átame y ocúltame,
lléname de amor, sujétame cuando caigo, todo este
tiempo me he sentido tan solo, que me pierdo en
mi desesperación, estoy demasiado débil para estar
de pie, sin que alguien me sujete para no caer, ven
mujer a mi casa y devuélveme la alegría de estar con
alguien, ven a donde perteneces, la puerta de mi casa
y la de mi corazón, siempre estará abierta para ti…

miércoles, 13 de abril de 2011

Moraleja

Érase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos:
la Alegría, la Tristeza y muchos más, incluyendo el Amor.
Un día, se les fue avisando a los moradores, que la isla se iba a hundir.
Todos los sentimientos se apresuraron a salir de la isla, se metieron en sus barcos y se preparaban a partir, pero el Amor se quedó, porque se quería quedar un rato más con la isla que tanto amaba, antes de que se hundiese.
Cuando por fin, estaba ya casi ahogado, el Amor comenzó a pedir ayuda.
En eso venía la Riqueza y el amor dijo: ¡Riqueza, llévame contigo!
No puedo, hay mucho oro y plata en mi barco, no tengo espacio para ti, dijo la riqueza.
El Amor le pidió ayuda a la Vanidad, que también venía pasando: ¡Vanidad, por favor ayúdame!
No te puedo ayudar, Amor, tú estás todo mojado y vas a arruinar mi barco nuevo.
Entonces, el Amor le pidió ayuda a la Tristeza: Tristeza, me dejas ir contigo?
Ay Amor, estoy tan triste que prefiero ir sola.
También pasó la Alegría, pero ella estaba tan alegre que ni oyó al Amor llamar.
Desesperado, el Amor comenzó a llorar, ahí fue cuando una voz le llamó: Ven, Amor, yo te llevo. Era un viejito, y el Amor estaba tan feliz que se le olvidó preguntarle su nombre.
Al llegar a tierra firme, le preguntó a la Sabiduría: Sabiduría, ¿quién es el viejito que me trajo aquí?
La Sabiduría respondió: Es el Tiempo.
¿El Tiempo? Pero, ¿por qué sólo el Tiempo me quiso traer?
La Sabiduría respondió: Porque sólo el Tiempo es capaz de ayudar y entender al Amor.
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy.
Arely Josefina.

miércoles, 6 de abril de 2011

Pollo a la Strogonof.

Porciones tres.


Limpiar dos pechugas de pollo sin piel, revisar que no tenga ningún huesito, sacarle bien las grasas de los costados, una ves limpias, cortar lardones de unos dos X dos centímetros, poner a marinar los lardones, con un chorrito de Oporto, y un chorrito de salsa de soja si se quiere dos dientes de ajo, aplastados, esto es para que suelte todo su sabor, dejar marinar. Media hora o un poco mas.
Cortar rodajitas de dos cebollas de verdeo, con las partes blancas y las partes verdes (cebolleta)  reservar, cortar seis pepinillos en vinagre (chiquitos) en rueditas de seis o siete milímetros, cortar nueve hongos portovelos (zetas)  si son medianos o chicos al medio,  si son grandes en cuartos. Cortar lardones de panceta ahumada (tocineta) (bacón) una rodaja de cinco o seis milímetros.
Poner dos nueces de manteca en una sartén, con un chorrito de aceite neutro, Maíz o Girasol,  esto tiene dos funciones la de no permitir que la manteca se queme y ayudar al medio graso, escurrir los lardones de pollo, poner en la sartén y saltear, salpimentar, si gusta ponerle un poco de la marinada, esta bien, cuando estos estén cocidos, retirar y reservar, levantar el fondo con un chorrito de Oporto(  raspar el fondo con una cuchara de madera o teflón) coloca una nuez de manteca y un chorrito de aceite, muy poquito, mientras  la manteca se derrite, colocar las rueditas de cebolla y saltear, salpimentar, los pepinillos en rueditas, cuando la cebolla este casi cocida, agregar los lardones de pollo y los hongos, saltear agregar un recipiente de crema para cocinar, dejar a fuego lento, hasta que espese, si gusta mas espeso, disolver una cucharada de harina de maíz en una tacita pequeña con la mitad de leche y agregar a la preparación, cocinar hasta que espese.
Acompañar con nueve, papines andinos o papines comunes, hervidos con cáscara y pelados.  

Una Esrella Fugas.

Una Estrella Fugas.

Fuiste eso en mi vida, lo océanos nos.
Separan día a día y lentamente, me estoy,
volviendo loco.
Escucho tu vos en la línea. Pero eso no
para el dolor. Te veo cerca, de nunca.
Fuiste una estrella fugas.

Donde sea que vayas, donde quiere que estés
Yo estaré esperándote aquí. Lo que sea que tome.
O como se rompa mi corazón. Yo estaré esperándote
Yo tome lo concedido, todas las veces.

Pensé que duraría. Pero solo fuiste una estrella fugas.
Escucho tu risa, saboreo tus lagrimas.
Pero no puedo llegar, cerca de ti ahora.
OH mujer no puedes verlo ahora.
Pero me tienes volviéndome loco.


Me pregunto, como podre sobrevivir ha esto.
A este romance, si tú fuiste eso, una estrella fugas.
Pero si al fin estate contigo.
Tomare esa oportunidad, y no te dejare marchar.
OH mujer no puedes verlo.

Donde sea que vayas, donde quiere que estés.
Yo estaré aquí esperándote, lo que sea que tome.
Tú fuiste una estrella fugaz.
Las puertas de mi casa y de mi corazón,
Siempre estaran abiertas para ti...

Como Quisiera.

Como Quisiera.

Como quisiera encontrar en tus ojos un destello de esperanza,
Como quisiera tener de tus labios esos besos que me invitan a amar,
Como quisiera buscar en tus manos esas caricias que me roban la calma,
Como quisiera que tu cuerpo despertara ese sueño que aún permanece en mí y el cual quiero hacer realidad,
Como quisiera, me permitieras andar al lado tuyo, por el camino de la verdad,
Sé que querer, no es poder, pero déjame soñar, por qué. Sabes...
Yo soy para ti...

Quisiera Ser.

QUISIERA SER.

Como la LUNA. Para iluminar los caminos de tus noches, si es que vives en alguna triste oscuridad.

Como EL AMANECER. Para regalarte unos días pletóricos de gozo y felicidad.

Como LA LUZ .Para disipar las sombras de tus noches de angustias y desvelos.

Como TUS NOCHES. Para reconfortarte, luego de la dura lucha del día a día.

Como TU VIDA. Para hacerte vivir los más inolvidables momentos, hechos caricias.

Por todo esto, yo, sencillamente quiero que recibas un gran y cálido ABRAZO y poder dejarte saber lo significativo e importante. Que tú eres para mí.

Que es el Amor.

QUE ES EL AMOR?

Palabra indescifrable a través de los tiempos y que no hay diccionario alguno que lo defina como cada ser lo siente, el sentimiento único, eterno, verdadero, extraño masoquista. Sabía que algo andaba mal dentro de mi, un huracán se avecinaba y estaba viviendo lo que nunca ni en mis sueños hubiera imaginado. Era necesario vaciar todo ese amargo dolor, esa insoportable agonía y angustias era necesario despegarme a jirones de mi piel, todas sus caricias, sus besos, arrancar de mis oídos el eco de sus palabras rotas, esa estúpida necesidad de su presencia y esa sed de beberme sus recuerdos.
Para poder hacerlo tome en mis manos mi cuaderno de notas, ansioso empecé a garabatear todas esas vivencias empolvadas, a mi edad, en un solo año había podido estar cerca del cielo y del infierno y no pretendo en estas líneas convertirme en víctima ni en héroe, quien escribe es solamente un hombre común y cualesquiera, que ha dejado abierta la ventana para que todo el miedo, la valentía, las alegrías y las lágrimas, entraran a las esquinas de la habitación cubierta en penumbras y dejar desnuda mi alma para poder sacar a la luz todos esos sentimientos escondidos.
Mis letras van dirigidas a aquellas mujeres y hombres que se olvidaron un día de soñar, de creer en príncipes y castillos encantados, cuando la misma vida te aleja de tus verdaderas aficiones y el tiempo se convierte en tu enemigo, van dirigidas a todo aquel que ha tenido que sepultar el recuerdo de unos besos y olvidar un pasado que no se olvida, mis letras llevan el mensaje de esperanza, de saber que si se puede alcanzar ese sueño que parecía imposible, mis letras son tuyas para que te acercas en una tarde de lluvia, a querer entender a donde se fue el amor.
Por que siempre se sufre por amor y siempre buscamos enamorarnos.

lunes, 4 de abril de 2011

El Municipio (1)

                                               EL MUNICIPIO



Principio de Febrero de dos mil cuatro, un día que amenazaba con ser húmedo y caluroso,  últimamente, todos se parecían mucho entre si, no estábamos teniendo un verano benigno.
Entre a la oficina, salude a Clara, mi secretaria. Luego, las viejas paredes me saludaron a gritos, los viejos muebles se unieron a la algarabía, ellos solo pedían un rápido reciclaje, pero como las finanzas no venían bien, los mande a callar, mientras me servia un vaso de ginebra, busque hielo en la heladera, como no había, terminé poniéndole un chorro de agua fría.
Me senté en mi cómodo y anticuado sillón, trate de acomodarme para leer el diario, que le había pedido prestado al quiosquero de la esquina, cuando al fin lo había logrado, entro Clara, que oficiaba también de empleada multiuso, ya que hacia la limpieza, de cadete, e iba por los juzgados, para recabar información y tratar de conseguir algún cliente desorientado por la burocracia endemoniada de este país, a esa hora de la mañana, era personal de limpieza, ya que la oficina la atendíamos en horario vespertino.
-  Perdona que te moleste Guille, pero afuera hay una persona que te quiere ver -Dijo molesta por la intromisión  a su trabajo.
-  ¿Quien es? –pregunté.
-   No se, lo mandan del bar de Pepe.
-   ¡Ah!... Pepe, el hace cualquier cosa, con tal de cobrar lo que le debo.
-   ¿Qué hago? ¿Lo hago pasar? ¿O espero un poco?
-   Decíle que espere unos minutos, que estoy ocupado, que lo voy a atender haciendo una excepción con él, porque lo mando un amigo, sino tendría que pedir cita, en horario de oficina y con antelación.
Salió refunfuñando, ya que también a ella, solía deberle algún dinero de su paga mensual, pero que podía hacer eran tiempos difíciles. Terminé mi trago, doble el diario y lo guardé en un cajón del escritorio, puse unas carpetas sobre el, luego llame por el intercomunicador.
-  Clara, por favor, dígale al Señor que espera, que pase.                                                                              
Al entrar, el hombre, que representaba unos sesenta año bien llevados, de vestimenta común, se lo notaba abrumado, en el lado izquierdo de su cara, se notaban varios moretones, que tendían a desaparecer, en la mano izquierda portaba una carpeta marrón, de las que se usan para transportar hojas tipo oficio, en la derecha, un bastón con el que se ayudaba, a caminar.
-   Doctor Guillermo de Padua -me presente- el doctor Guille, para los amigos y buenos clientes, siéntese por favor.
-   Roberto Coti –dijo tomando asiento.
-   Bueno, usted dirá en que puedo ayudarlo.
-   Me gustaría que usted sea mi representante legal.
-   Dígame de que se trata y veremos si esta a mi alcance representarlo.
-   Como usted ve, tengo estos moretones en la cara, producto de los golpes propinados por un demente-dijo con voz agria mi futuro cliente.
-   Uno  más de los tantos que andan sueltos en estos días -comenté.
-   ¡Si! Pero este es un peligro para todos los que estamos relativamente bien, me golpeó sin que él haya tenido algún motivo.
-   Haber, cuénteme despacio, y desde el principio, como fueron las cosas.
-   Fue el nueve de noviembre del año pasado, cuando estaba parado en una esquina, esperando un  colectivo con un familiar, era alrededor de las diecinueve, cuando este demente a bordo de un automóvil marca senda de color bordo, se puso a tocar bocina insistentemente, delante de él se encontraba un automóvil azul, con una persona mayor al volante y un niño pequeño como su acompañante, el semáforo del lugar se encontraba en rojo, por lo que le pedí que cesará en esa actitud retrograda y salvaje, al contrario de esto, golpeó varias veces con su auto al que se encontraba delante. El chofer de éste, asustado, avanzó cruzando con el semáforo en rojo, el demente lo siguió, giró, estacionó el auto y se bajó sobre la acera de la estación de servicio, que se encuentra en el lugar, luego se puso a gritar que me importaba a mi lo que el hacia.
Aquí, mi futuro cliente, hizo una pausa, le propuse que tomara un vaso de agua, lo cual acepto de buen grado, se lo serví, luego de unos segundos prosiguió con su relato.
- Mire doctor, estaba tan sacado, que al decirle que si él quería, yo le enseñaba la forma que funciona el semáforo del lugar, se abalanzó sobre mi como si fuera una locomotora, con el primer golpe, dado sobre la cara a la altura de la ceja, me tiró al suelo, en ese preciso instante, sentí no solo que se me venia un techo encima, también que el tobillo derecho, produjo un crack, doblándose y hundiéndose en el pavimento, al tratar de levantarme, volvió a pegar, esta vez sobre el pómulo, volví a caer, ya, algunas personas lo habían sujetado, como pude, me puse de pie, él entre los abrazos de la gente, volvió a pegar, esta vez sobre mi nariz, a los segundos de esto, arribaron al lugar varios móviles policiales, el que se encontraba estacionado en la estación de servicio, los había llamado: Estos, se hicieron cargo de la situación; Él, guardó en el acto la manopla con la que me había pegado.
- Supongo que al agresor lo abran llevado a la comisaría, para identificarlo, y a usted lo abran hecho atender por los médicos -dije asombrado.
- No, solo me preguntaron si quería hacer la denuncia, yo estaba tan atontado que lo único que atine a decir, fue decirle al policía que me atendió que le tome los datos para confeccionarle una infracción de transito, así sus datos quedarían registrados, luego vería que hacer,"grave error cometido por mi", luego pedí un remis para irme a mi domicilio, con la esperanza de que no fuera grave, lo ocurrido en mi cara, por que no dolía mucho, supongo que por estar caliente la zona afectada, al llegar tomé analgésicos y desinfecté las heridas, también puse hielo sobre los golpes recibidos, seguí así unas veinticuatro horas, pero el dolor comenzó a ser más fuerte, en vez de calmarse, se acrecentaba a pasos agigantados.
- Espere unos segundos y tome un poco de agua, así se tranquiliza ¿O prefiere tomar algo más fuerte? Yo me voy a servir algo  -pregunté sofocado por el calor reinante.
- No, agua esta bien, gracias-contesto él.                                                                                                                  Le serví el agua, y Yo, me llené el vaso con ginebra y hielo.
- Bueno, continué, lo escuchó.
-Al notar que el dolor no cesaba, llamé un remis y me dirigí a el hospital de mi obra social, ya en el, el chofer me acompaño en todo momento, me atendieron en la guardia, placas, médicos, más placas, tomografías, más médicos, consultas con especialistas, resultado final, rotura de tibia comprometida, deberían operar, en cuanto a la cara once fracturas, un destrozo total, parecía Cuasimodo sin joroba, había que operarla, para restaurar lo dañado, mientras los médicos se ponían de acuerdo, en como y cuando, y pedir los insumos especiales que se necesitaban para la misma, enyesaron la pierna con pocas posibilidades de que quedara bien, porque dos operaciones juntas no se pedían realizar, por lo que determinaron hacer varios yesos en distintas posiciones, y eso llevaría al menos dos meses, todo ese tiempo, debería usar muletas y no apoyarlo en ningún momento, de regreso a mi casa, pasé por la comisaría de la zona para efectuar la denuncia.
- Espere un momento, déjeme arreglar algo, eso me lo tiene que contar muy bien, Clara, por favor si viene alguien, a preguntar por mí, dígale que estoy muy ocupado.
- Si señor -dijo- puedo ir a almorzar dentro de un rato y regreso temprano.
- Si vaya nomás Clara.
  Al ver a mi futuro cliente algo nervioso, trate de calmarlo hablándole muy lentamente,
- Estábamos en la parte en que había ido a la comisaría, prosiga, lo escucho.
- Bueno, después de un rato, me atendió un oficial el cual iba tomar la denuncia, me hizo varias preguntas, de las clásicas, nombre, documento, que hacia en el lugar, y que le contase los hechos, al preguntarme por el nombre del agresor, le dije que lo tomase del informe que habían hecho los policías que intervinieron en el desafortunado suceso, grande fue mi desilusión, cuando nadie sabía que había pasado, pregunté que había sido de la infracción que había hecho el policía, por violar el semáforo en rojo, me dijeron algo que no sabía, que la policía de la provincia no puede hacer infracciones de transito, por lo que pusieron al agresor como N N, y me mandaron al medico forense.                                                             
Al hacer él una pausa, le pregunté.
- ¡Pero! ¡Entonces! ¿Que hicieron los policías? ¡Nada! Tampoco lo llevaron al forense en un móvil policial, al ver su estado físico.
- ¡No! Fui por mis propios medios, imaginase como estaba, con la pierna enyesada hasta la rodilla, en muletas, con la cara rota, menos mal que la doctora que estaba en ese momento me atendió rápidamente. Luego de que se desinflamara la cara, me operaron, con la mala suerte de que uno de los golpes, corto un nervio, y me iban a quedar secuelas, como la paresia que tengo en todo el lado izquierdo de la cara.
- Le voy hacer una pregunta muy importante, así que píenselo todo el tiempo que crea necesario, en esa confusión que dice que tenía ¿Vió alguna cosa que le pareciera extraña entre los policías y su agresor? cualquier detalle por pequeño que usted crea, tal vez esa pueda ser la clave de esa actitud del personal policial.
Mientras mi cliente pensaba, aproveché a tomar un traguito de ginebra, lo vi actuar como si estuviera escarbando en su cerebro, para recordar algo de lo que  le había pedido, al rato, exclamó.
- ¡Si! ¡Ahora que usted lo preguntó! hay algo que me pareció extraño, la familiaridad que tenían con el agresor. Uno estaba dialogando con él, muy cómodamente apoyado sobre su auto, y sonrientes los dos, el que me preguntó un par de veces, si iba a hacer la denuncia o no, el que supuestamente tendría que haber hecho la infracción de transito, también cuando se acercaba a él, lo hacia sonriente, seguro que se conocían.
- ¡Alto! ¡Alto! Piense bien lo que dijo, si lo recuerda de esa manera o no.
Le dije, pensando, que ahí, había gato encerrado, algo más que unas lesiones que podrían ser caratuladas, como leves o graves.  
- ¡Si! Eso es lo que me pareció haber visto, la familiaridad entre ellos.   
- Bueno déjeme ver que hago, lo voy a estudiar, y luego le aviso si es o  no mi cliente.
Mientras yo guardaba los apuntes que había tomado en el diálogo, con Coti, él se fue levantando y diciendo:
-Entonces tengo esperanza que pueda tomar mi caso, es que me dieron muy buenas referencias suyas, como abogado investigador y eso es lo que necesito.
- Espere, no se levante, ya viene mi secretaria y le va a tomar sus datos, en cuanto su caso, puede ser, que ¡Si! lo tome como cliente, me gustan los desafíos y aquí hay algo raro, en cuanto a mis honorarios, lo arreglamos cuando  lo decida.
- Muchas gracias doctor, espero tener esa suerte.
Dijo él, mientras Clara entraba dispuesta a ser mi secretaria y le tomaba los datos filiatorios y demás, como para ubicarlo de ser necesario, le pregunté si en la comisaría le habían dado una copia de la denuncia, a lo que contestó que no.
Al rato que Roberto Coti se había retirado del estudio, llamé a Clara y le pregunté, si todavía estaba de novia, con el policial federal recientemente retirado.
-Guille, vos sabes que si, pero si lo vas a meter en un lió, te digo que no.
- Solo es para hacerle unas preguntas y de paso, si quiere un poco de aventura fácil, más ganarse unos pesos.
- Bueno le voy a avisar, y si él quiere, que te venga a ver ¡Pero!.. No lo metas en nada, que este fuera de la ley, aunque no lo conozcas bien, sabes lo derecho que fue y lo que es.
Clara, ya se había marchado, miré el reloj de pared, regalo de un cliente agradecido, ante el cobro de una demanda por despido, eran ya las 18.30, ¡ahí! Me di cuenta de que no había almorzado, por el ruido que hacían mis entrañas, llenas solamente de alcohol, debía comer algo rápidamente, serré la oficina, bajé los pocos escalones que separaban la puerta de la acera. El cielo se había cubierto con unas nubes tan oscuras, que presagiaban una fuerte tormenta, me dirigí hacia el bar de Pepe.
- Hola doctor Guille -al entrar, éste me saludo jovial y pregunto-¿fue a verlo el señor de los golpes en la cara?
- ¡Si! Gracias Pepe, ¿Me puede preparar algo de comer? Si no tiene la cocina cerrada.
- ¡Vamos doctor! Para usted siempre esta abierto, siéntese en su mesa preferida, y enseguida le preparo una milanesa con fritas, y un buen tinto de la casa.
Me acomode en una mesa alejada de la puerta de entrada y de la  del baño, esto me daba un poco de privacidad, en la cual estaba acostumbrado a moverme fuera del estudio, sin dejar de pensar, en lo raro de la situación de mi futuro cliente, también daba vueltas en mi cabeza, la forma en la podría sacar rédito económico de la situación, ya que Coti carecía de los mismos para solventar su defensa.
Mientras calmaba los agudos gritos de mi estomago, poniéndole adentro una tierna milanesa, acompañada de una porción de papas fritas, regados con abundante vino tinto, sé acerco a la mesa la pareja de Clara, este era un hombre de unos cuarenta y ocho años, pelo corto, robusto, bien vestido.
- Hola doctor, me puedo sentar, Clara me dijo que quería hablar conmigo y como andaba por acá cerca, vine a ver si usted estaba aquí, no lo molesta que hablemos mientras come.
- No me molesta, siéntese y hablemos, pida algo de beber.
- Solo café negro en taza grande y amargo.
Pepe, solicito, ya había escuchado e hizo el pedido. Mientras terminaba mi tardío almuerzo, le conté brevemente la visita de Coti, y que mi instinto, me hacia ver que ahí había algo mas que unos golpes dados por un loco. Le pregunte si quería ayudarme a resolver el caso, si había caso.
- Mire doctor, como usted ya sabe, hace poco que me retire y no quisiera meterme en algo difícil, me gustaría descansar unos meses, pero como es el jefe de Clara, voy hacer una excepción y algo voy averiguar, si descubro algo raro lo llamo, en cuanto a la paga del trabajito, después lo  arreglamos, con el tiempo, podríamos armar una buena dupla, si le interesa trabajar juntos, usted a los papeles y yo como husmeador.
- Si, eso es en lo que estaba pensando en el momento que le pedí a Clara por usted.
 Luego de repasar algunos datos de los anotados en una servilleta, se levanto, saludo, y se fue andando como si fuera un enorme felino, seguro de lo que hacia, ahí me di cuenta de que Santiago, que así se llamaba el novio de Clara, me podría ayudar a resolver el caso. Cuando terminé mi café,  resolví darme una vuelta por el lugar del hecho, para tomar nota mentalmente de cómo había sido la agresión del loco, hacia Coti.
Caminé lentamente hacia el lugar, mientras el cielo se mostraba amenazante de una acción directa de tormenta,  llegue al lugar y me puse a observar el funcionamiento de los semáforos, estos eran de los que tienen tres posiciones de circulación del transito, o sea que los que venían circulando por la avenida de este a oeste podían doblar a la izquierda o seguir derecho por la misma, mientras los que circulaban de oeste a este debían esperar que les diera pasó, en ese momento podían doblar a la derecha o seguir derecho por la avenida. Cuando se cortaba el transito de la avenida en ambas direcciones, los que circulaban por la trasversal, podían ingresar a la avenida doblando a la derecha o a la izquierda, luego de estudiar el movimiento de las luces, me puse aproximadamente en el lugar donde había sido agredido Coti, memorice el lugar, luego, me desplace hacia donde se habría encontrado el móvil policial, que según Coti, estaba en el lugar y llamó a los otros patrulleros. Del lugar, se veía perfectamente la zona donde sucedió la agresión, esto reforzaba la teoría de que algo mas había detrás de la mala intervención policial, ya que podrían haber evitado el suceso o cuanto mas, intervenir rápidamente, para que Coti no fuera lesionado.
Cuando decidí regresar a mi casa, comenzó a lloviznar, regrese en un taxi que se encontraba recargando combustible, no bien cruce la puerta, se precipito un aguacero impresionante, luego de una ducha reparadora y con un vaso de ginebra en la mano, me dirigí hacia el dormitorio, pase mala noche, cuando percibí las primeras claridades, que presagiaban otro día de intento calor, logre dormitar algo, soñé con la cara de Coti, rodeado de fantasmas y  policías, desperté, todo mojado por la transpiración, lo que ya era una costumbre en mi.
Estaba sentado detrás del escritorio, dictándole unos escritos a Clara, entre ellos, algunos del caso de Roberto Coti, para ser presentados en la fiscalía, ya que había decidido tomarlo como cliente, cuando llamaron a la puerta, era Santiago, Clara fue a abrir, él, saludo pidiendo permiso para sentarse, luego dijo.
-  Escuche doctor, estuve haciendo unas preguntas por ahí, pero me encontré pegando contra un tapial, nadie quiere hablar del hecho, dicen que no saben nada, pero alguien dejo una nota dentro de mi auto, diciendo que me olvide del suceso, que iba ser mejor para Coti y para mi, a usted no lo tienen, porque en ningún momento lo nombre, esto hace confirmar sus sospechas.
-  ¡Si es peligroso! -dijo Clara- deja todo ya.
-  ¡No! querida secretaria, no creo que sea tan peligroso y ahora mas que nunca tenemos que averiguar que paso, nos puede dejar buen dinero, si logramos saberlo.
-  Clara -dijo Santiago- no te preocupes, que me voy a cuidar, dejemos las cosas como están por unos días, como para apaciguar los ánimos y así poder encontrar a alguien, que quiera hablar, por ahora voy a buscar al agresor de Coti, por intermedio de amigos de la federal, ¿Tiene los datos del automóvil doctor?
-  Si, color, marca, y los dos últimos dígitos de la patente.
-  Con eso vasta y sobra, ahora me voy.                                                                                          
Saludo a Clara con un beso, un ademán de mano para mi y se fue con ese andar gatuno que poseía.
Nosotros dos, seguimos en lo nuestro, la atención de algunos clientes, que ya tenían sus casos casi solucionados, Clara entraba, tomaba nota, salía y volvía a entrar, cuando había cambio de personajes.
Así seguimos nuestras vidas, con normalidad por unos cuantos días. Santiago y Clara seguían con su vida de pareja, sin nombrar el caso para nada.
Casi al atardecer del último día del mes, regreso Santiago a la oficina, y se puso a hablar como si estuviera solo, Clara ya se había marchado.
- En la federal, me dieron todos los datos necesarios para  encontrar al loco, que no es tan loco, pero si es un peligro para la sociedad, el automóvil es del suegro, él, esta inhabilitado para manejar, estuvo preso, por balear a alguien que él creyó, que se quería quedar, con en el negocio de distribución de drogas, que maneja con sus socios, cosa que escuche a la sordina, en el departamento de sustracción de automotores, le andan detrás los de drogas peligrosas, pero lo mejor, es que los socios, son todos patas negras de la zona oeste, habrá que adelantarse a mis colegas, si queremos sacar réditos económicos, por el caso.
Como él se calló repentinamente, le pregunte.
-  Santiago ¿Hasta donde podemos llegar nosotros? ¿Podremos llegar sin peligro al final?
-  Sin peligro no se, pero podemos intentarlo, el asunto es pensar en el negocio, que sea legal, que sea sustancioso, y que sea rápido ¿A pensar abogado?
-  Bueno, ahora que tenemos identificado al imputado, vamos a presentar los escritos necesarios, para que lo identifiquen en la fiscalía, así va a figurar en el expediente, tan bien vamos a tener que identificar a algunos policías de los que intervinieron en el hecho.
-  De eso me encargo yo, usted déle a los papeles -dijo Santiago- y piense en el negocio.
-  Bueno lo voy hacer, dejemos pasar el fin de semana, este pinta para bonito, por qué no lleva a pasear a Clara, así descansa un poco, últimamente esta un poco tensa, supongo que es por los nervios, no se bien que le pasa, pero un paseo no le va a venir mal, les presto el departamento de San Bernardo, al cual quise vender un sin fin de veces, pero como era de mis padres, ahí esta, así que hay que aprovecharlo, antes que se lo queden los de la Afip, aquí tiene las llaves y la dirección, le dejo tan bien la dirección de mi amigo Claudio, que esta viviendo en la zona, no dude en confiar o pedirle lo que sea, él es un amigo de los buenos.
-  ¿Usted no lo va a usar?

El Municipio (2)

-  No, voy a pensar que hacer, solo pensar.
-  Bueno lo acepto con gusto y gracias, ya lo puedo llamar doctor guille.
-  Por supuesto Santi.



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Santi y Clara, ya se habían marchado hacia la costa, me senté en el pequeño sillón del escritorio de mi domicilio, prendí el ordenador, para buscar y leer, dictámenes en juicios  terminados, estuve dos días encerrado, buscando, hasta que me empezó a doler la cabeza, de tanto pensar, había algo que se me escapaba y no sabia que era, de pronto se hizo la luz, me serví un vaso de ginebra con hielo, la solución era tan fácil que no lo podía creer, una demanda triple, la primera, la lógica, al agresor, la segunda, a la policía, por incumplimiento de los deberes de funcionario público, la tercera, al estado provincial, por falta de seguridad en la vía publica y por mal desempeño de la función pública.
Esta era la forma en que podíamos hacer dinero, y a su vez hacer cumplir las reglas de la vida, hacer cumplir lo escrito, hacer que alguien pague por lo que hizo o lo que no hizo, herir los bolsillos de la gente es el único camino al respeto del otro, respeto que estos gobiernos mal llamados populares hacen que la gente deje de lado aquello de "el derecho de uno termina donde comienza el del otro", no haciendo cumplir y respetar la Constitución, las leyes y los códigos escritos, teniendo esto en claro, comencé a relajarme.
Ya se acercaban las penumbras nocturnas y los fantasmas, indisciplinados, comenzaron a bailotear a mí alrededor, como si quisieran, que los acompañe, en ese desenfrenado acto, que ejecutaban, al son del pestañeo de mis pesados parpados, al rato me había quedado dormido.
Desperté con un mal presagio, salte de la cama, me duche rápidamente, desayune como siempre, a las corridas, tostadas y café amargo, luego me dirigí hacia la oficina, era temprano, pero tenia que sacarme esa duda que sobrevolaba mi mente, desde que me despertara y aguijoneaba  el cerebro, como una delgada y larga aguja, al estar a pocas cuadras, vi el revuelo de la gente, alrededor de  un camión cisterna de los bomberos, sus mangueras, desplegadas, se introducían, como largos tentáculos en mi oficina, los pocos metros faltantes, los hice corriendo, como si de eso me fuera la vida.
De la oficina, tan solo quedaron restos carbonizados, mentalmente, felicite a Clara, que tenia la costumbre de llevar un fichero mellizo en su casa, esto se estaba poniendo muy caliente y peligroso, ahora, debía encontrar un lugar para trabajar, mientras se resolvía lo del incendio, ya no me cabía ninguna duda, de que esto iba a terminar en algo grande, lo del incendio, podía ser un simple accidente, o que alguien se entero de lo que estaba averiguando y quiso darme un aviso, hable con el encargado de los bomberos y me prometió un rápido peritaje, para saber las causas del siniestro, le di las gracias y me retire camino al bar de Pepe, ya encargaría a alguien la limpieza, mientras caminaba, llame a santiago, todavía no habían llegado, le deje un mensaje en el contestador, no quería llamarlo al celular, para no adelantar el acto de histerismo que el suceso iba a provocar  en Clara.
Para cuando llegue al bar, la noticia del incendio, había corrido como un reguero de pólvora encendida, los amigos y clientes, que se habían cruzado en mi camino, me saludaron con sincera congoja, en el bar, me esperaba un periodista local, que quería saber como había sucedido el incendio, lo invite a mi mesa, en la que ya tenia  una tasa con café, servida por el diligente Pepe.
-  Doctor –pregunto Rodrigo Penna- ¿En el periódico quieren saber que pasó en su oficina?
-  Rodrigo, le voy a contar algo, que solo saben mi secretaria, mi nuevo ayudante y mi cliente, por lo que le pido absoluta reserva, prometiéndole que usted va a tener la primicia.
-  Doctor, usted sabe, que puede contar con mi discreción y con mi ayuda, si lo que va a contarme, puede ser una jugosa y buena nota.
-  Mire Rodrigo, por ahora, el incendio de mi oficina es solo un accidente, pero creo que es un aviso, para que no siga, en lo que estoy metido por pura casualidad.
Pase a contarle todo lo acontecido con Roberto Coti. Él, me escucho con mucha atención, luego dijo con seguridad.
-  Doctor cuente con mi ayuda y mi silencio y si necesita un lugar para trabajar yo le ofrezco una pequeña oficina, que poseo como refugio intimo, ahí tiene todo lo necesario, como para continuar trabajando.
-  Gracias Rodrigo, lo acepto con gusto, ya arreglaremos algún alquiler por el uso.
-  ¡No! ¡Doctor! Lo intercambiamos por la exclusiva, lo que me contó, puede llegar a ser una muy jugosa historia; Ahora me marcho, aquí tiene la dirección y las llaves de la oficina, el portero se llama Emilio y ya lo estoy llamando para avisarle de su llegada, llámeme si necesita algo mas.
-  Nuevamente gracias Rodrigo, no sabe lo bien que me hace su ofrecimiento, en este mal momento de mi vida -le dije con real agradecimiento.
Al retirarse el periodista, pedí un nuevo café, bien largo y un vaso de ginebra, estaba pensativo y distraído, cuando una agradable voz femenina, me saco de ese trance, preguntando.
-  Perdón, buen día ¿Usted es el doctor Guillermo de Padua?
Ante mi presencia, se encontraba una muchacha de aproximadamente veinte y seis o veinte y ocho años, morena, con ojos grandes, redondos y negros, como la noche sin luna en pleno campo, rodeados de pestañas largas y onduladas, una naricita respingona y pequeña, los labios bien formados, del grosor justo, pelo enrulado, del largo de melenita, que apenas llegaba a rozarle los hombros, de aterciopelada piel color canela, con reflejos y tonalidades castañas. Mi azorada mirada, siguió sacándole una rápida fotografía visual, vestía una remera musculosa de color rojo, la que encerraba unos pechos medianos, para chicos, redondos, firmes, sin soutien, pancita al aire, con un pitzer, en un encantador ombligo, jeans ajustados, buena cintura y caderas, zapatillas de color rojo vivo, todo puesto en una altura de aproximadamente un metro sesenta y ocho, cuando deje de fotografiarla ocularmente, me levante y conteste.
-  ¡Si! En que puedo ayudarla.
Ella, conciente de la turbación que su presencia había provocado en mi, contesto con voz melosa.
-  Me llamo Paola, por ahora Paola, a secas, me permite sentarme y le cuento.
Presuroso, me puse detrás de ella para acercarle la silla. Su perfume, fresco y natural, me dejo un suave aroma a frutos rojos del bosque, como cerezas, guindas, ciruelas, suavemente acompañado de notas a especias, vainillas y caramelo.
-  Esta mesa es suya, y si usted se la quiere llevar, yo se la pago a Pepe, que es el dueño de este antro, llamado Café de Barcelona.
No es para tanto -dijo, arrebolada en sus mejillas- solo quisiera hablar unos minutos con usted.
Esto, lo dijo sonriendo, dejando ver entre los bien formados labios, unos dientes blancos pequeños, parejos, como si fueran un collar de perlas, de la más pura estirpe.
-  Usted dirá, la escucho -dije, pensando en como me gustaría intimar un poco mas que escucharla.
-  Soy asistente social, trabajo en la municipalidad, pero no puedo ayudar a mi hermana, que esta casada con un policía, este hace un tiempo que la trata mal, un día llego tan borracho, que le dio una soberana paliza, él se fue a dormir y ella salio hacia el hospital, luego a la comisaría, para hacer la denuncia, una mas de las que después de hechas son tiradas a la basura. Alguien, me contó que usted, es un buen abogado de familia, por eso quiero preguntarle que se puede hacer, además de lo que ya se hizo.
-  Alto-Alto- dije, poniendo voz de profesional- primero, debe decirme como me encontró aquí y por qué, el que le dio mi nombre, no le dio la dirección de mi oficina, segundo, por qué si es asistente social, no pudo encontrar la solución al problema que tiene su hermana, tercero, como es que siendo hora de trabajo en la municipalidad esta aquí, cuarto, como es cerca del medio día, se dignaría a aceptar que la invite a almorzar, por supuesto en otro lugar, que este mas de acuerdo con su belleza.
Creyendo ver en su rostro, un nuevo rubor, contesto con esa vocecita suave y melosa.
-  Doctor no me adule, que no es para tanto.
-  Fuera lo de doctor, de ahora en adelante Paola y Guillermo.
-  Acepto, si promete ser buen abogado y me dice que me va a ayudar.
-  Paola, por usted, hago cambiar todas las leyes a su gusto, si fuera necesario.
Habiendo aceptado ella la invitación, llame un remis, ya que tengo mi automóvil en el mecánico, la ayude a levantarse y de la mano, salimos de lo de Pepe, le pregunte si tenia algún lugar preferido, a lo que ella contesto.
-  No Guillermo, si bien no tengo compromiso con nadie, me gustaría algún lugar solitario y bonito, para poder hablar tranquilos.
Cuando llego el remis, subimos a el, como si ya fuéramos pareja, le indique al chofer un lugar en la autopista del oeste, llamado la "La Bella Glorieta" un restaurante italiano del tipo familiar, al cual ya había ido en otras oportunidades con alguna eventual aventura femenina, nos acomodamos en una pequeña terraza trasera, llena de flores y enredaderas, que le prestaban al lugar, esa frescura natural de las plantas recién regadas y bien cuidadas, haciendo honor al nombre del lugar.
-  Paola, ¿Estas cómoda aquí? ¿Te parece bonito el lugar? -pregunte tuteándola.
-  Si Guillermo gracias -contesto ella sonriendo y también tuteándome.
-  Mientras ordenamos, ve contestando el cuestionario, -acoté con sabiduría- perdón aquí las pastas son caseras.
Ordenamos los dos iguales, antipasto de la casa y ravioles a la boloñesa, para tomar, Malbec de Rió Negro.
-  Bien, empiezo por lo mas fácil, la pregunta tercera, pedí el día libre, a cuenta de mis vacaciones, la persona que me dio tu nombre me dijo que solías estar en ese bar y si, me dio la dirección de tu oficina, pero también me dijo que si te iba a ver hoy, fuera al bar, que seguro estarías allí, en cuanto a lo de mi hermana, es algo mas difícil y complicado de explicar.
Ella, hizo un alto respirando profundo, por lo que aproveche para decirle.
-  Paola, como ya esta por venir el almuerzo, eso lo podemos dejar para la tarde, por qué no dudo que la vayamos a pasar juntos.
Ella, asintió con la cabeza, bajando la vista.
-  Ahora, hablemos un poco de nosotros, yo estoy divorciado, hace varios años, incompatibilidad de caracteres, dijeron los que saben, no tengo hijos, treinta y nueve años,  estoy libre para una relación seria, abogado recibido con honores, por una cuestión de ética le estoy peleando a la economía, poseo casa propia, automóvil, y un departamento en la costa,  ahora estoy en un caso raro, que hasta puede estar relacionado con gente de la municipalidad, por lo que acabo de escuchar, pero hablemos un poco de vos.
-  Mucho no hay para contar, tengo veinte y siete años, nací en el partido, estudie psicología unos años, luego tuve que dejar para poder trabajar, mis padres tuvieron un accidente de transito, mi madre falleció en el, mi padre quedo cuadraplégico y se encuentra en un instituto medico que pertenece al municipio, por política, ingrese a la planta permanente de empleados municipales, por los años de estudio, seguí la carrera de asistente social, que es mas corta y mas fácil, tuve dos novios y algunos acompañantes eventuales, nada serio.
Hizo ella una pausa, la cual aproveche para decir.
-  Luego seguimos, allí viene nuestro pedido.
Almorzamos casi sin hablarnos, algunos, te gusta, esta bien, te sirvo, bueno. Pero, si nos miramos mucho y muy intensamente, solo las miradas bastaron, como para darnos cuenta que nacía en nosotros, una relación mucho mas intensa que la relación abogado-cliente, luego del postre y mi café, dije sonriendo.
-  Paola, me gustaría acariciar suavemente las yemas de tus dedos, para confundir tus huellas con las mías, así entre tu y yo, crearíamos una sola identidad en el universo sin fin.
Ella, con los ojos totalmente iluminados, extendió lentamente sus delgadas manos, con dedos largos y bien cuidadas uñas, que sin ser extremadamente largas, llamaban la atención, lentamente, extendí las mías hasta rozar apenas sus dedos, una corriente eléctrica atravesó en un ida y vuelta nuestros cuerpos, mientras mi corazón fibrilada con fuerza, se los acaricie suavemente, extasiada,
 Ella, solo dijo ¡Guillermo!... Casi sin aliento.
Cortando ese maravilloso momento, sonó mi celular, que tontamente deje encendido, turbado por el contacto eléctrico de esa mujer, que sin darme cuenta, había llegado hasta lo más profundo de mi, atendí con voz temblorosa, como adolescente en su primer cita ¡hola! Del otro lado se escucho la voz fuerte y con autoridad de Santiago.
-  ¿Dónde estas Guillermo? Quédate en el lugar que te voy a buscar ¿Estas bien?
Todavía con voz temblorosa y azorada, se lo dije.
-  Paola, ahora nos viene a buscar mi ayudante investigador, dejemos lo nuestro por ahora y volvamos a lo profesional.
- De acuerdo Guillermo, como tú quieras, pero te tengo que decir algo, este momento pasado, no lo sentí con nadie, que allá salido antes… ¡Gracias!
-  Gracias te tengo que dar yo, por hacerme sentir algo que creía muerto dentro de mí, pero ahora volvamos a la tierra, ya vamos a tener tiempo de volar juntos cuando esto termine, si tú quieres.
-  ¡Si! ¡Quiero! volaremos juntos adonde sea.
Dijo con firmeza, mientras salíamos del restaurante: En minutos, llego Santiago con Clara, a quien se le notaban los síntomas de haber llorado a mares, se bajaron del auto, casi corriendo y me abrazaron con fuerza, preguntando.
-  Guillermo ¿Estas bien? -dijeron al unísono- ¿No te paso nada? En cuanto llegamos,  fuimos directo a la oficina y vimos lo que quedo de ella, un policía que estaba en el lugar, nos contó lo del incendio.
-  ¿Incendio? ¿Que se incendio? ¿Que paso? -pregunto Paola, con voz preocupada.
Recién ahí, Santiago y Clara, se dieron cuenta de su presencia. Los presente rápidamente, las mujeres se ubicaron juntas en el asiento trasero y a pesar del estado nervioso de Clara, se pusieron a cuchichear seguramente de mi, ya que cuando dos mujeres se juntan y hablan bajito, es para hacerlo de sus hombres.
-  Hoy me desperté temprano y con una sensación rara, salí apurado hacia la oficina, ya estaban los bomberos, pero como vieron, no quedo nada de ella, por suerte tengo una buena secretaria, que me hace todo por duplicado -dije ni bien Santiago arranco el automóvil-vayamos a su casa, para buscar los archivos que ya tenemos un lugar para trabajar.
Y les conté lo del periodista, Paola, al escuchar el nombre de Rodrigo Penna, dijo.
-  Ese periodista esta empecinado, en hacer caer al intendente, le busca cosas por todos lados, pero en la municipalidad se hacen muy bien las cosas y aunque en algo tenga razón, le va a costar mucho probar ciertas cosas.
Los tres, nos miramos como preguntándonos, que mas sabría Paola.
Ella, como si hubiera escuchado nuestro pensamiento, dijo.
-  Miren que yo no soy del entorno del intendente, al contrario, políticamente estoy en su contra, es por eso que no puedo ayudar a mi hermana, me amenazan con sacar a mi papa del instituto, también tengo que aguantarme las propuestas sexuales de algunos directivos, que sin ser acoso, es algo bastante parecido, pero, como mi padrino es el jefe de personal, se aguantan, él es el que me dio el día y tu nombre Guillermo.
-  Entonces, él, sabía lo que iba a pasar en mi oficina, eso hace más firme la idea de que gente de la municipalidad, también están metidos en este asunto.
-  Puedo preguntar algo Guillermo -dijo Paola, sorprendida.
-  Si Paola, me parece que a esta altura de los hechos, te mereces que te conteste lo que quieras.
-  Pero que sea luego, ya llegamos a la casa de Clara -dijo Santiago- también me gustaría a mí preguntarte algo a vos Paola.
Bajamos del auto, de refilón, ví que Santiago, al ayudar a bajar a Clara, miro a todos lados y en un acto reflejo, se llevo la mano a la cintura, en donde se notaba el bulto de  lo que me pareció un arma, esto me hizo reflexionar si no deberíamos dejar todo como estaba y olvidarnos de Roberto Coti, de mis sospechas, de la futura demanda, en fin de todo y volver a fojas cero, mas ahora que había encontrado a la que podría ser mi mitad perdida, según la teoría del famoso filosofo griego, Platón, y la decisión de Zeus, señor y dueño del universo, en separar a esa peligrosa criatura en dos.
Los cuatro, subimos bien juntos por la escalera, que nos llevaría, hasta el tercer piso de un bonito edificio, donde Clara tenia un lindo y espacioso departamento, yo había estado en el unas cuantas veces, cuando creía que Clara, podría llegar a ser algo mas que mi secretaria, mucho antes que conociera a Santiago, pero nunca me dio ninguna oportunidad para que siguiera con esa idea, luego, se enamoro de él y yo perdí toda esperanza de conquistarla, abrió la puerta, diciendo.
-  Pasen y pónganse cómodos, están en su casa, Santiago serví algo para tomar, mientras me ducho y ya estoy con ustedes, no se olviden que tuvimos un largo viaje, luego lo haces vos Santí.
-  Si querida, como tú digas, - y bajando la voz, dijo- es mejor no contradecirla, cuando esta en ese estado, eso lo sabes mejor vos que yo, no es así Guillermo, últimamente se encuentra muy nerviosa y eso que la pasamos muy bien en la costa, gracias por el préstamo del departamento, es muy bonito.
-  Si Santiago, es así como vos decís.
-  ¡Que raro! Dos hombres poniéndose de acuerdo para criticar el carácter de una mujer, ¿Puedo hacer mi pregunta ahora? O espero que venga Clara -preguntó Paola, evidentemente molesta.
-  No, adelante señorita pregunte usted.
-  ¿En que lió se encuentran ustedes tres? ¿Qué es lo del incendio de tu oficina? ¿Y que te hace pensar en que mi padrino pueda  estar ligado a ello? Él es una buena persona y no lo creo capaz de hacerle mal  a nadie, la prueba de ello, es que él me dió tu nombre, como muy buen abogado, lo que no se debe imaginar, es de que esto que él hizo, resultó una hermosa relación entre nosotros, quiero pensar que es así y puede llegar a ser muy serio.
-  De esto ultimo, quiero que tengas la completa seguridad, de que es así como dices, en cuanto lo de tu padrino, el tiempo dirá si es como tu piensas, el lió en que estamos metidos, es solamente que por casualidad, dimos con un cliente, que tuvo un incidente con una persona que anda en el trafico de drogas, junto a malos policías y ahora, debemos estudiar si seguimos en ello o lo dejamos así como esta, lo de mi oficina, es que se incendio, y yo creo que no fue un accidente, solo fue  un aviso, para que no sigamos investigando, tan bien dejaron una nota intimidatorio, en el de auto de Santiago, cuando este, estuvo averiguando por los policías que intervinieron en ese hecho.
-  Aquí entro yo, para hacer mi pregunta a Paola ¿Hasta donde estas dispuesta a ayudarnos en esto? ¡Si!... Ya se, que apenas hoy nos conocimos, pero yo también hace poco que conozco a Guillermo, había oído hablar mucho de él, todo bueno, que es buena persona, buen profesional, muy ético, es por eso que siempre anda a los tumbos con su economía, por eso Clara es su secretaria, y lo aprecia de verdad, aunque a veces  le deba parte de su salario.
Dicho esto, Santiago se volvió hacia donde venia Clara, con una toalla enrroscada en la cabeza, hecho que lo hizo salir corriendo, en dirección al baño, para ducharse, él ya vivía en el departamento de Clara.
-  ¿Se pusieron cómodos? ¿Están bien así? si necesitan algo me lo piden -pregunto Clara, sentándose junto a Paola- me pone muy contenta, el que ustedes es hallan dado cuenta en tan pocos horas, que pueden formar una linda pareja, yo aprecio de verdad a Guillermo y me gustaría  poder llegar a ser una buena amiga tuya Paola y así me ayudas a convencer a estos hombres nuestros, a que dejen este asunto en el que están metidos.
-  ¡Si Clara! Lo estaba pensando, pero todavía no se como manejar esto que siento por Guillermo, todo fue tan rápido y por ahora no se que hacer, pero te digo que los voy a ayudar en lo que pueda, mientras fortalecemos lo que nació entre nosotros dos.
Paola dijo esto con firmeza, mirándome fijo a los ojos, en ellos, se notaba la seguridad de sus pensamientos y palabras, luego de una pausa continuó hablando.
-  Mañana, cuando este libre de mi trabajo, voy a ir a ver a mi padrino para averiguar que sabe, su secretaria es buena amiga mía, del que se tienen que cuidar, si lo que piensan es verdad, es del jefe del departamento jurídico, un abogado bajito y gordito, con cara de, yo no fui, pero es terrible, él es el que se encarga de que periodistas, como Rodrigo Penna, no encuentren nada de lo que buscan, todo lo tapa y lo arregla.
-  ¡Pokemon! -dije yo levantándome rápidamente- claro, por eso es  que Rodrigo encuentra todo tapado, ese abogado que vos decís, fue compañero mío en la facultad y lo que Dios no le dio en el físico, se lo dio en el cerebro, es sumamente inteligente y maldito, es un bicho, si yo me recibí con honores, él me saco a mi y a otros como yo, varios cuerpos de distancia, si decidimos seguir con el caso, vamos a tener que cuidarnos mucho de él, para no caer en sus garras, si algún municipal se encuentra involucrado en el.
Sin darme cuenta, Santiago, apareció pegado a mis espaldas, así de sigiloso era, le voy a poner como apodo "el gato", las chicas, largaron una carcajada al ver mi cara de asombro, al chocar casi con él, Clara era mayor que Paola por diez años, pero a mi me dio la impresión de que había nacido, entre ellas, una buena relación, que tal vez algún día no lejano se convierta en una buena amistad, eso me agrado y mucho, no me da vergüenza pensar que me enamore de Paola como un adolescente, soy de pensar que lo que pasa en forma espontánea, sea una amistad o un amor debe por fuerza terminar bien.
-  ¿Cómo es eso de abandonar el caso? ¿Si todavía no lo empezamos? ¿Que te hace dudar así Guillermo? La capacidad de ese abogado, si te tuvieras que  enfrentar jurídicamente con él, serias el ganador, solo por decenté ya es tuyo y con la ayuda de nuestras parejas, porque no dudo que Paola y vos, serán pareja en un futuro no muy lejano, de mi y Clara, ni que hablar, si no seguimos juntos, es capaz de matarme, cosa que los cacos no pudieron hacer en todos los años de servicio que tuve en la fuerza.
-  ¡Hay de ti!-dijo esta riendo- si me abandonas, y si soy capas de matarte, no lo dudes un solo momento, así que no lo pienses, la duda que tiene Guillermo, me parece lógica, sí todavía no espesaron y ya están complicadas.
-  ¡Bueno! Si votamos vamos a segunda vuelta, propongo darnos una oportunidad más y si se llegan a poner muy difíciles las cosas, lo volvemos a estudiar ¡Seguimos! Pero con mucho cuidado, Clara, mañana vamos a la oficina de Rodrigo y comenzamos a preparar la demanda de Coti, Santiago va a tener que husmear en la policía, y ver si aparece alguien que quiera hablar o encontrar alguna duda en alguien, ya Paola se comprometió a ver que saca en limpio con su padrino. Ahora propongo tomarnos un respiro y hablar de cosas nuestras solamente.
A lo que Clara respondió
-  Bueno, yo preparo unas pizzas y cenamos aquí, que les parece.
Los tres, dijimos, bueno, al unísono y nos pusimos a bailar y gritar ¡Viva Clara! ya que sin darnos cuenta, se nos había arrimado la noche y el estomago nos estaba pidiendo algo con entretenerlo.
Pasamos un momento sumamente agradable, por supuesto, Paola y Yo, fuimos el centro de la conversación.
Ya pasadas las dos de la mañana, decidimos de común acuerdo, dejar el departamento de Clara para ir hasta mi casa, así Paola la conocería y de paso hablaríamos de nuestro futuro como pareja, Clara, le ofreció una muda de ropa nueva,  si quería quedarse a pasar el resto de la noche conmigo, los dos nos miramos rápidamente, en esa refulgente mirada, nos dijimos que no era el momento oportuno para tener un acto sexual, era mejor dejarlo para un próximo encuentro, nos apretamos las manos, como si en ese momento nos hubiéramos comprometidos, a pasar lo que nos quedara de vida juntos, así disfrutar plenamente y sin apuro de ninguna especie, el acto sexual de dos personas, tontamente enamoradas.
-  No gracias Clara, fue muy de mi agrado, este tiempo pasado con ustedes, pero decidimos juntos ir a lo de Guillermo, solamente para conversar de nosotros, luego me voy a casa, me ducho, me cambio y me voy al trabajo, nuevamente gracias por el ofrecimiento.
Nos dimos todos unos besos, y no retiramos, luego de discutir un poco con Santiago, que  a toda costa nos quería llevar con el automóvil.
Fuimos hasta mi casa, caminando lentamente, debes en cuando, trataba de disimular algunas miradas hacia atrás, para saber si alguien nos seguía.
Llegamos, vivo en un duplex mediano, con entrada de coche, un recibidor pequeño, cocina comedor, sala  de estar y comedor principal, patio lavadero, en donde hay, un quincho con parrilla, una hamaca paraguaya doble, todo rodeado de arbustos con flores, en el piso superior, dos dormitorios, uno en suite, con balcón terraza corrido, del que se veía el jardín, un baño con vestidor.
Paola, entro en ella sintiéndose  como en su propia casa, la recorrió mirando y acariciando todo con mucho cuidado, luego, me miro como si ya fuéramos pareja por muchos años y dijo, con vos suave.
-  Me gusta tu estilo, es muy bonita, yo vivo en un departamento pequeño, en la parte trasera de la casa de mi hermana, que era la de mis padres.
-  Paola esta es tu casa, hace lo que quieras en ella -dije, dándole seguridad a mis palabras.
Ella se acerco lentamente y nos besamos por primera vez, desde que nos conociéramos esta mañana, aquel beso, sello todo lo que nos habíamos dicho con las miradas y lo que nos prometimos hacer juntos, después de un rato, dijo.
-  Gracias Guillermo, por entenderme en lo de tener sexo, pienso que es una cosa que no se debe forzar, debe venir sola y con el tiempo necesario, para disfrutarlo plenamente.
-  Estoy de acuerdo en eso, te preparo un café y luego llamo un remis para que te lleve.
-  Bueno, ¿Podes cortar el mío con leche o crema?
-  Su pedido es una orden para mi señorita -respondí a su pedido, con voz alegre.
Me dirigí a la cocina, ella venia pegada a mi, en cuando puse a calentar el café y la leche, se colgó de mis hombros y me volvió a besar, beso que respondí, como si este fuera el ultimo de nuestras vidas, casi debemos tirar todo, por lo largo que fue ese momento, luego, entre los dos servimos el café, mientras lo tomábamos, conversamos de cosas de enamorados, después de un rato, de alternar besos y conversación, llame un remis, la acompañe hasta el automóvil, conciente que era lo correcto, debíamos estar solos, para reflexionar lo pasado entre nosotros.
Prometió llamarme, si le daba mi número de teléfono, le di una tarjeta toda arrugada, ya que esta, se había pasado todo el día en el bolsillo de mi pantalón, ella sonriente dijo.
-  Muy profesional lo tuyo, besos, chau, hasta mañana.