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lunes, 21 de marzo de 2011

Breve Carta de Amor

Hola...Esta es una mas de las sientas que te enviado y nunca quisiste contestar, solo te pido saber como estas, si solo harías eso. De contarme como te sientes y si estas bien, eso solo significaría mucho para mi, pero tu te cerraste para mi desdicha. Sabes que te amo, por razones inexplicables para mi, sin principio y sin final, te ame incluso antes de conocerte, por eso mismo, mi amor por ti no tiene causa ni motivo, te amo y eso es lo que importa, aunque te hallas olvidado de mi, se que recordaras toda tu vida, el amor que desperdiciaste, yo recordare toda mi vida, el amor que pudo ser nuestro y te amare aun mas, luego de haber muerto, porque mi amor por ti nunca morirá... Es un amor sin final

En Agosto( soy de leo)

En el negro de tus ojos, vi, brillar un
lucero, era Agosto, que brillaba en
tus ojos, te ame sin saber quien eres.
Te vi en la arena, con el mar de Agosto.
Brillando en tus ojos, sin saber quien eres.
Te ame sin  saber quien eres, te ame de
noche con la luna de Agosto, brillando
en tus ojos Te ame de día con el sol de
de Agosto brillando en tus ojos.
Sin  saber quien eres, te sigo amando.
 Por qué te amo, si no se quien eres.
Será por que te conocí en Agosto.
Sin saber quien eres. Te sigo amando

Por Carolina Marin.

¡Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro.: Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aun con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa, "estoy bien". Envía este mensaje a una persona fuerte. Yo acabo de hacerlo. Dios es bueno. El cambio viene. Dios vio tu tristeza y dijo que...los tiempos duros han pasado. Si crees en El, envía esto a las personas que quieras bendecir, incluyéndome a mí. Te sorprenderá ver cuanta gente te responde. Gracias por hacerme sonreír. Vive, ríe, ama. "Pon al Señor en el primer lugar de todas las cosas y Él coronará todos tus esfuerzos en triunfos!

jueves, 17 de marzo de 2011

Platon y su Teoria.

Según Platón famoso filosofo griego, tenia una teoría sobre el principio de la creación, en donde los seres humanos no eran como son hoy, en la  actualidad hombre y mujer, para el solo existía un solo ser, con un tronco, un cuello, dos caras, cuatro piernas y cuatro brazos y dos sexos distintos, era hermafrodita, siendo este  ser  un peligro para  los dioses ya  que  no se  podía sorprender, por sus dos caras, muy veloz y muy fuerte, por  sus  cuatro piernas y con  sus cuatro brazos  trepaba  rápidamente,  cualquier obstáculo que le pusieran  por  delante mas,  la capacidad  de  reproducirse  por  si mismo. Zeus, el ser supremo, señor del olimpo, decidió partir al medio a la extraña figura y con  un  rayo  la  dividió en dos,creando a la mujer y al hombre, desde ese mismo momento uno de los dos esta buscando su mitad perdida, algunos creen haberla encontrado pero son equivocaciones funestas, porque solo se dan cuenta luego de convivir un tiempo, cuando se dan cuenta del error cometido,  se separan, porque Zeus al separarlos, les dio las posibilidad de cambiar, de no envejecer, entonces por esto se equivocan y siguen en su búsqueda, tu eres mi mitad perdida, algún día te darás cuenta que pese a la diferencia de edad que existe entre ambos, yo soy tu mitad perdida espero que esto no sea muy tarde y luego cuando ya no este en este mundo, yo, seguiré esperándote, donde Dios quiera  tenerme, con la satisfacción de haber encontrado mi mitad perdida, cosa que muchos no lo han podido hacer.

Pequeña Carta de Amor

Amado colibrí, como olvidarte
Si apenas te conozco, como olvidarte.
Si no puedo verte para decirte cuanto te amo.
Quiero  agradecer  a  dios,  porque  puedo.
Decirle al mundo cuanto te amo, como olvidarte.
Si tú nombre esta gravado a fuego sobre mi pecho.
Como olvidarte, solamente con el fin del universo.
O de mi muerte al fin, mas cuando aquel que reciba.
Mi corazón, sin saber porque, tampoco podrá olvidarte.
¡¡¡Sin llegar a conocerte!!!

El Retrato.



Dime colibrí andariego, con que pincel.
Ha dibujado dios tu sonrisa, tu voz suave.
Dulce cual seda, de tus ojos brotan manantiales
de luz. Los que están llenos de gracia y pureza.
Con la que has iluminado y hechizado mi corazón.
El señor ha plasmado en tu rostro, la más bella.
Historia de amor hacia ti, en tu boca plasmo el silencio.
En tu rostro, firmeza y valor. Gracias por tu existir

El Espacio.

El luminoso espacio entre los mundos.
Donde nunca una nube se desliza.
Ni una brisa se nueve, ni desciende.
La estrella blanca de la nieve, nunca.
Ni el mas leve rugir del  trueno ruge.
Ni del dolor humano sube el grito.
A profanar su eterna y santa.

Mil

Mil infinitos besos,
una sola caricia de emoción,
abrazos eternos
en los que quedarme a vivir.

Mil sentimientos que afloran
recuerdos vividos en presente
sensaciones que no deben irse
.. tú debes quedarte.

Mil años, mil felicidades
cuando estás aquí
y el resto del mundo no está,
porque estás sólo tú.

miércoles, 16 de marzo de 2011

El Caso.

Se recomienda leer primero .El Municipio. Que si bien, son dos cuentos no continuados, los personajes si, ya que son los mismos personajes principales…
         
Capitulo primero.
       
        El otoño, como leve brisa, entraba por la alameda de la plaza principal, desparramando finísimos  polvos dorados y leves ocres, como si quisiese transformar la clorofila, en oxido de hierro, sin lastimar las hojas, sin poner  tristezas  repentinas, en el parque o en los jardines, en el aire o en las almas, a escasos metros de ahí, tenia la nueva oficina; esta, era un espacioso departamento, comprado con no poco regateo, a mi amigo Claudio y a su señora, pagado y refaccionado, con el porcentaje de dinero ganado en la demanda del caso Coti, con la  que también pude pagar  todas mis deudas y formar, “La Sociedad,” con Santiago, ampliando el negocio, a estudio de abogacía y empresa de seguridad, tan necesaria hoy día. El caso Coti, me dejo gran notoriedad en el mundo de los negocios e hizo que mucha gente me conociera, ampliando mi currículo, pudiendo así, gracias a los conocimientos de Santiago, expandir  rápidamente esta nueva actividad, quien con mis enseñanzas legales, se había convertido en un excelente hombre de negocios, superando rápidamente  mis expectativas  sobre  él
          Habíamos progresado rápidamente, tanto en la vida personal, como en lo comercial, Clara y Santiago, habían tenido un barón, que con casi tres años, correteaba por el patio trasero del departamento, usado como oficina, ubicado en un primer piso, de un elegante edificio enfrente de la estación, Clara, seguía siendo mi secretaria y la de un joven abogado, que se dedicaba a los casos menores, junto a una joven cadeta, Paola, había dejado el trabajo en la municipalidad, para hacerlo en tiempo completo con nosotros, esto no entorpecía nuestra vida personal, que cada vez, se perfilaba como la mejor, alcanzando picos tan altos,  que me asustaba, solo de pensar, que en un futuro cercano, pudiera bajar su  intensidad por la naturaleza de los años, ya que ahora, vivir con Paola, se había convertido en algo tan intensamente necesario para mi, ya estábamos pensando en ver la posibilidad de que esta, quedase embarazada, para no convertirme en abuelo, antes que en padre, como le hacíamos chanzas a Santi, que ya había pasado la barrera de los cincuenta.
          Nuestra vida sexual, se había  enriquecido con muchos matices de colores, los niños Ángeles, que pasaban  custodiando a Dios,  habían agregado una gran cantidad de círculos de colores, que al explotar en la oscuridad, provocaban una gran algarabía, en ese espacio infinito en el que flotábamos haciendo el amor.
          Rodrigo Penna, también  había mejorado en su vida personal, gracias a sus inmejorables notas periodísticas, se dedico a la política. ¡Ahora! No perseguía al intendente desde el cuarto poder, lo hacia desde una banca en el consejo deliberante y se perfilaba como el concejal  opositor, con mas posibilidades de sucederlo en la intendencia, difícil tarea se había impuesto, pero no imposible. Él, solo quería un municipio  Pro, transparente, sano, recto, desde su puesto, había logrado varios cambios sustanciales en el municipio.
          Siendo  nuestro  tercer  aniversario de  boda, fuimos  los  cuatro a   almorzar  a  La Bella Glorieta.”  Restaurante que se había convertido en uno de nuestros reductos predilectos, ya que en él, nos habíamos  comprometido en cuerpo y alma, una nueva camarera, nos atendió solicita ante todos nuestros requerimientos, cuando estábamos por el café, se acerco a nosotros, pidiendo permiso para solicitar su atención, venia acompañada por los dueños del lugar, como avalando lo que ella nos quería  solicitar o contar.
          La muchacha,  joven, bonita, rubia, de ojos azules, con  buena figura, quería solicitar una cita en la oficina, porque habíamos sido recomendados por su patrón, quería  pedir ayuda profesional,  sobre lo  que le estaba pasando, mientras hacia el pedido, sus ojos, se llenaron de lágrimas, rompiendo en llanto y lamentos.
          Paola y Clara, acongojadas por el llanto de la joven, se levantaron presurosas de sus asientos, para atenderla en su aflicción, haciendo que esta, se sentara con nosotros y que explique ahí, lo que le estaba pasando, las dos, me miraron como pidiendo comprensión, ya que yo le estaba alcanzo una tarjeta del estudio, ante el requerimiento de sus miradas, dije.
          - Bueno chicas, tranquilícenla y que explique aquí lo que le esta pasando.
          Las dos, le hablaron dulcemente, alcanzándole un vaso con agua, mientras, mirando a los dueños del lugar, preguntaron.
          -¡Perdónenla! ¿Se puede quedar con nosotros?
          - Esta bien, ya casi no hay clientes-contesto el hombre, mirándome con agrado- gracias por la deferencia doctor ¡Andrea! estas en buenas manos.
          Se retiraron estos y ya mas tranquila la muchachita, comenzó a contarnos su desventura.
          - Me llamo Andrea López, tengo veintitrés años, soy de Córdoba, casada, tengo un hijo, que no se donde se encuentra, tal  vez este con su padre, ya que el fue quien se lo llevo.
          Se callo ella, sollozante, como burilando sus recuerdos, en su mente, su cuerpo y su alma, por su niño perdido.
          Las chicas, nuevamente  trataron de calmarla,  con voz suave, cariñosa y protectora, se calmo a medias la muchachita después de desahogarse, apoyada en el hombro de Clara, quien  preguntó.
          - ¿De que lugar de Córdoba sos?       
          - De Villa del Dique-contesto esta, con voz entrecortada, por pequeños sollozos.
          - ¿Tenes familia allá?-pregunto Paola.
          - Si, una abuela muy viejecita- contesto bajito ella.
          Habiéndose tranquilizado lo suficiente, continuo con su relato.
          - Como decía antes, tengo veintitrés años, casada, con un niño pequeño que se llevo el padre, vine a Bs.As, para ver si logro encontrarlos, él, es de aquí, estuve en el centro buscando trabajo, pero no hallé, aquí, me tomaron enseguida, porque son amigos del dueño, del restaurante donde trabajaba de camarera en Córdoba, ellos, saben de mi problema y cuando supieron que ustedes estaban aquí, me propusieron que les hablara, ellos dicen que son muy eficientes en su trabajo.
          - Si, esta bien Andrea. ¿Pero que queres realmente de nosotros? -pregunte con voz emocionada, por el relato de la joven.
          - Que me ayuden a encontrar a mi hijo.
          - Pero eso es muy difícil, si no sabemos nada de tu esposo, contanos algo mas de él y como lo conociste.
          - Él, es o era viajante de comercio, lo conocí en el restaurante donde trabajaba, tiene treinta años, se llama Gabriel Acosta, vino varias veces a cenar, en una de esa veces, me invito a salir y como me gustaba como hombre, lo hice, fuimos varias veces a bailar, en mis días libres, luego se fue, después de unos meses, volvió, volvimos a salir, él me pidió ser mi novio, quería casarse conmigo, después de un tiempo, me pidió hacernos unos estudios para luego casarnos, yo accedí, porque me había enamorado, nos hicimos los exámenes, cuando tuvimos los resultados, nos casamos.
          Fue una ceremonia sencilla, yo no tengo muchos amigos, soy algo introvertida, no me doy fácilmente con la gente; luego de unos meses, quede embarazada, el venia y se quedaba poco tiempo conmigo, por su trabajo, eso si, trataba de estar presente en todos los estudios que me hizo hacer, que no fueron pocos, él, decía que quería lo mejor para mi y nuestro hijo, era tan dulce hablando, de cómo lo iba a educar y a criar, que no puedo creer que se lo haya llevado sin darme una explicación.
          Los cuatro, escuchábamos muy atentos el relato de la muchachita, sin poder entender la acción del marido, si todo parecía estar bien en la pareja.
          Por lo que pregunté.
          -Andrea, ¿Tenes fotos de tu marido o de tu niño?
          - ¡No! no, se llevo todas -contesto ella con voz compungida- no me dejo ninguna, las de nuestros paseos, las del casamiento, que fueron sacadas por un compañero de trabajo y de Santiaguito, mi hijo.
          Nuevamente, rompió en llanto y quejidos, las chicas volvieron a la carga, tratando de calmarla, mientras yo me preguntaba, cual podía haber sido el motivo de semejante felonía, Santiago preguntó.
          -Andrea, ¿Recordás el número de patente del auto de tu marido?
          -Si, es un 306 color azul y la patente es ABC123 es tan fácil, que no la voy a olvidar nunca.
          Después de la respuesta de Andrea, Santiago se levando diciendo.
          -Ya vengo, voy a ver que averiguo  del automóvil.
          Mientras Santiago se dedicaba a la averiguación de los datos aportados por la muchacha, volví con mas preguntas, como para tratar de desenmarañar, el porque del abandono y el rapto del pequeño.
          -Andrea te voy a hacer varias preguntas, las pensas y las contestas de a una, estas bien para ello.
          -Si- respondió ella con firmeza entre su llanto y congoja.
          -Primero y primordial, es que me contestes con total confianza y con la seguridad de que vamos hacer lo posible para hallar a tu pequeño.
          Mientras decía esto, le hacia señas a Clara, para que pusiera atención a la cara  de  Andrea, ya que ello era su especialidad y trabajaba como un detector de mentiras, dado que los que mienten, tienen aceleración del pulso y pequeñas contracciones musculares, mas cambios de expresión en sus miradas, por aquello de que los ojos, son las ventanas del alma, estas, suelen pasar desapercibidas, para una persona común, pero nunca para un especialista, como lo era Clara, puesto de acuerdo silenciosamente con ella, comencé con el interrogatorio.
          -Andrea ¿Al casarte, eras virgen?
          -Si.
          -¿Tu esposo lo sabia?
          -Si, se lo conté el primer dia, cuando salimos a bailar.
          -¿El te lo preguntó  o salio de voz decirle?
          -Salio solo, por la conversación en si.
          -¿Estabas o estas enamorada de él?
          -Antes estaba segura de ello, ahora no lo se.
          -¿El sexo con tu marido, era normal, gustoso para ambos o solo era sexo carnal y nada más, antes de tener al niño?
          -Creo que normal, pero como enseguida quede embarazada y él viajaba mucho, lo hacíamos muy de vez en cuando, él, siempre me decía que ya tendríamos tiempo para  de ello.
           Contesto sonrojada y azorada por mis preguntas.
          Paola, me apretó el brazo y me preguntó bajito.
          -¿Son necesarias estas preguntas tan intimas Guille? ¡Mira como se pone de mal!
          -¡Si Paola! estoy tratando de aclarar algunos puntos-conteste molesto por la intromisión-si ella quiere que la ayudemos, también, tendrá que ir a ver a la doctora Gutiérrez, para que le haga un perfil psicológico.
          Paola, se callo pidiendo disculpas, mientras le acariciaba el brazo y las manos a Andrea, como pidiéndole paciencia, ante el interrogatorio descarnado y algo brutal de mi parte, lo que la ponía  tan mal; pero, para mi, era elemental y necesario, saber estas cosas, antes de embarcarnos en algo que nos podría llevar mucho tiempo dilucidar o tal vez no lo hiciéramos nunca.
          Santiago, ya venia hacia nosotros y al sentarse, le preguntó a Andrea.
          -¿Estas segura del numero de patente que me diste?
          -¡Si! ¡Si! Son esos números ¿Por qué, que paso?
          -Porque ese número, es de otro auto y no esta a nombre de tu marido, además, el dueño,  tiene más de sesenta años, por el número de documento.
          -No puede ser, ese es el número y el auto es un 306 azul y ese es su nombre -enfatizó la muchacha.
          -¿Entonces que es lo que esta pasando?-preguntó Clara.
          -No se -respondió Santiago- yo creí, que con la patente del auto, ya estaba todo solucionado, ahora, no se, tendremos que hacer un repaso de lo sucedido, esto va ser como encontrar una aguja en un pajar.
          Para cuando Santiago se callo, Andrea, ya había explotado en una catarata de llanto y largos gemidos de dolor, dolor del alma, los llaman lo psicólogos, mientras comentaba con Santiago, que podíamos hacer por ella.
          -Que te párese que hagamos Santi, ¿Por donde empezamos?
          -La verdad, no lo se –dijo él, desorientado como turco en la neblina- tal vez deberíamos hacernos un viajecito a Córdoba.
          -Si eso va ser lo mejor, lo tomamos como unas vacaciones y de paso, vemos si podemos averiguar algo de quien se caso y por qué con ella.
          Andrea, que entre sollozos, había escuchado nuestra conversación, preguntó con angustia.
            -Entonces, si el auto no es de Gabriel ¿Quién es él? y ¿Por qué hizo lo que hizo? ¿Quién es? ¿Quien es? Dios mió porque a mi…
          Ante las angustiosas preguntas de Andrea, se produjo entre nosotros y a nuestro alrededor, un gran vació, acompañado del silencio de un cementerio a oscuras, este, era tan denso, que si uno lo hubiera querido cortar, lo tendría que haber hecho con un grande y filoso cuchillo,  nosotros, solo nos miramos a los ojos, dándonos cuenta, que dentro de ese silencio, se encontraba Andrea, con sus miedos y sollozos, con su paupérrima desesperación, conculcados sus recuerdos, en el alma  y en el cuerpo, en su vida toda, por alguien, que siendo esposo y padre de su hijo, no era nada, alguien, que de pronto, sin que ella lo pudiera explicar ¡No era nadie! Estaría pasando una crisis de locura  y todo era un sueño inventado por una mente enferma o era realidad lo sucedido.
          Rompió ese silencio, la voz de Andrea y  como si hubiera leído nuestras mentes, dijo  lentamente, pero con seguridad.
          -¡SI! Ya se lo que piensan, pero no estoy loca, tengo un certificado de matrimonio y el certificado de nacimiento de Santiaguito, que avalan en algo, todo lo que les conté antes, si ustedes quieren verlo, se los muestro, lo tengo guardado con mis cosas, es lo único que tengo de ellos, vivo aquí, en ese cuartito de ahí arriba.
          Señalo ella una buhardilla en el techo del restaurante y continúo diciendo.
          -Me case en el registro civil de Villa General Belgrano, también en ese registro, se anoto el nacimiento de mi niño.
           Ella, se callo de repente, como si estuviera rememorando el hecho y la desaparición de su hijo,  pareciéndole algo imposible lo  sucedido.
          Luego de tomarse unos segundos de respiro y ante nuestras miradas expectantes, continúo diciendo.
          -También, en la comisaría de Villa del Dique, esta denunciado el rapto, pero como fue el padre el que se lo llevo, mucho no pueden o no quieren hacer, solo mandaron boletines a la central de Córdoba capital.
          -Bien, dales las fechas de todo a Clara –dije compungido por sus palabras- ella te va hacer unas preguntas, cuando terminen, le haces una fotocopia de las actas y le das tu mejor fotografía, nosotros, nos vamos a encargar de averiguar que paso.
          Clara, se aprestaba a tomar nota, habiendo sacado una libretita y un bolígrafo, que como acto de magia, apareció en sus manos, salido de no se donde, enseguida, comenzó con las preguntas, donde hacia las compras, a que  farmacias iba, quien la podría reconocer a ella con su hijo, los lugares que habían visitado con su esposo, la dirección del hospital y la del registro civil, donde había comprado cosas para el niño, en fin de todo lugar común, donde pudieran haberla visto con su marido. Dejando que las mujeres sientan, Santiago y yo, nos pusimos a pensar y hacer planes para las vacaciones, que tanto nos hacia falta, ya que no  habíamos podido salir mas que un fin de semana largo, después de aquellos memorables días que pasamos en San Bernardo, en la apoca del caso Coti.
          Tendríamos que organizar nuestra ausencia, con los encargados de los distintos turnos, de los objetivos de la empresa de seguridad y dejarle al novel abogado del estudio, todo bien organizado, para que pudiera atender los casos pendientes sin problema alguno; no sabíamos bien, cuanto tiempo nos llevaría averiguar algo del  extraño rapto de Santiaguito.
          Luego, de que Clara  tomara los datos relacionados con la vida de Andrea en Córdoba, nos despedimos de la muchacha, prometiéndole que íbamos hacer lo posible para averiguar que había pasado con el niño y con su supuesto marido, sin llegar a decirle, lo difícil que podría llegar ser ello, para no resquebrajar más su alicaído  animo. Nos dispusimos para el regreso a nuestra casa y terminar allí los planes de las tan ansiadas vacaciones, ya en ella y mientras las chicas preparaban café y entretenían a Matías, que así se llamaba el hijo de Clara y Santiago, al cual habíamos retirado del jardín maternal, en el que lo cuidaban, en esas ocasiones donde era aburrido llevar al niño, que por lo general no se separaba de los padres y que a toda costa, quería venir a jugar con los mapas ruteros, que habíamos desplegado sobre la mesa de la sala, mirándolos  con suficiencia, como si fuéramos especialistas en la materia, pero en realidad, no entendíamos mucho de Córdoba, ya que mi experiencia turística, se basaba solamente en la costa y Santiago, tampoco conocía, a pesar que la policía tiene un complejo turístico en la ciudad de Capilla del Monte, por lo que guardamos todo, decidiendo preguntarle a Rodrigo Penna, ya que él, si, era un experto en ellas, debido a su anterior profesión, la que lo había llevado por todo el país, detrás de alguna noticia, que luego sus fanáticos lectores, devoraban con los ojos, debido a esta ultima decisión, guardamos todo y nos pusimos a jugar con el pequeño Matías.
          Pasados diez días, en los que pusimos todo en orden, dando las directivas necesarias para que no se notara nuestra ausencia y con los datos escritos por nuestro experto en turismo, quien se explayo ampliamente, para que no tuviéramos  problemas, en el viaje turístico investigativo, que íbamos a iniciar, para tratar de hallar la punta del hilo, en el enmarañado caso que nos llevaba a realizar este viaje
          Partimos en el automóvil de Santiago y Clara, habíamos decidido tomar turnos de manejo de dos horas cada uno, entre Santi, Paola y yo, Clara, solo tendría la difícil  misión de mantener tranquilo al diablillo de su hijo.
          El primer turno lo hizo Santiago, salimos de la zona oeste en dirección a la ruta nacional nº 8 en dirección a la ciudad de Río Cuarto, segunda ciudad en importancia de la Provincia de Córdoba y primera en su economía, el viaje, tranquilo, repartidos los seiscientos kilómetros que nos separaban de ella, en tres, dejando los doscientos de Paola en el medio, por ser estos los mas tranquilos, hizo que a la una de la tarde, ya estuviéramos sentados en un bello restaurante-parrilla a orillas de su famoso Rió, justo donde se bifurca la ruta nº 8 con el naciendo de la ruta nº 36, en la entrada a la ciudad, luego de un excelente almuerzo, decidimos darnos una vuelta por la misma, para conocerla y buscar cobijo, para pasar la noche en ella; reservamos habitaciones en el hotel Libertador, que se encuentra lejos del centro y cerca de la salida hacia la ruta nº  36, por la que nos dirigiríamos  hacia la zona de los grandes lagos.
          Río Cuarto, es una ciudad, en la que sus mas de doscientos años, se respiran en los pliegues fragantes de su historia, en sus campanarios venerables, en las molduras de sus casas viejas, pero aun erguidas, de las antiguas familias, en los vapores contenidos de la estación de trenes, donde alguna vez hubo fragor de rieles, inmigrantes y vagones, cargados de cosechas, en las empecinadas enredaderas del patio de la comandancia de fronteras, hoy museo, que contiene los amarillos y bien guardados archivos de los frailes franciscanos.
          Nudo de rutas, que llegan y se van; ciudad equidistante, de los grandes centros; ser el corazón del territorio nacional, le significa también, responsabilidad en el latido cotidiano, Río Cuarto, es una ciudad inquieta, tiene nervio propio, el de un lugar por donde “Pasa el País”, estratégica ubicación, en el cada vez más intenso fragor comercial del MERCOSUR.
          La vocación cultural de la ciudad, es notable, su antiguo y magnifico teatro municipal, epicentro generador de acontecimientos, que se suceden con jerarquía y plateas colmadas; lo mismo ocurre en el mundo de las letras, con publicaciones permanentes de escritores Riocuartences, algunos, de trascendencia nacional e internacional; es también tierra de buenos pintores y artesanos inspirados.
          Pese a que nuestra idea, era de irnos a dormir sin cenar, ya que habíamos almorzado y merendado tarde, tuvimos que salir, obligados por el pequeño Matías, al que se le había metido la idea de cenar ravioles con salsa de carne, era lógico, él, estaba acostumbrado a dormir después de la cena, ahí, nos dimos cuenta, que al Riocuártense, por tradición, le gusta prolongar las noches, las disfruta, las comparte, por eso el centro y los boliches, bullen todos los días de la semana, con las características de una ciudad que no se acuesta temprano, como lo hubiéramos querido hacer nosotros, de no ser por el niño, mientras él, deglutía sus ravioles, nosotros, tomamos unos tragos largos, pese a la trasnochada, nos levantamos temprano, desayunamos y nos despedimos de Río Cuarto, como lo hacen las golondrinas en esta época, correo alado con el hemisferio norte, en cada golondrina, va el vuelo propio de una pujante y progresista zona de nuestro país, luego de haber pasado el verano, en esta hermosa ciudad, que las recibe puntualmente en primavera y que por miles y miles, como viajeros alados y sin equipaje, llegan a un encuentro único en el mundo.
          Ofreciendo cotidianamente, un espectáculo de conmovedora belleza, en los claros oscuros crepusculares, de amaneceres y atardeceres.
          Ya en la ruta nº 36, comentamos las maravillas, que se pierden aquellos que no pueden conocer nuestro país, al rato, estábamos en Espinillos, siguió, Coronel Baigorria, Alcira, Elena, Berrotaran, en donde hicimos un alto, para estirar las piernas y cambiar de conductor, hasta ahí, lo había hecho Santi; haciéndome cargo del volante, nos dirigimos por la ruta nº 68, dejando del lado derecho, Las Sierras de los Cóndores, nuestra meta, era la ciudad de La Cruz, que por dichos de nuestro guía invisible, Rodrigo Penna, este pueblo, era un lugar estratégico, ubicado a menos de ciento cincuenta kilómetros de la capital cordobesa, con una historia impactante, que la representa como una de las localidades mas antiguas del Valle de Calamuchita, que a cada paso que diéramos, nos íbamos  encontrar con un sinfín de paisajes y maravillas, una joya natural, con clima apacible, ríos de aguas mansas y un imponente paisaje serrano, acompañado de la paz característica de la región, íbamos en busca de un lugar especifico, en el embalse del Cerro Pelado, desde La Cruz, deberíamos hacer el recorrido en una camioneta 4x4 y luego, una extensa marcha a pie.
          Mientras recorríamos el pueblo en busca de nuestro guía, nos dábamos cuenta de los cambios en los colores, que producía el Otoño, en las laderas de los cerros cercanos, los que adquirían las tonalidades clásicas, los ocres, mezclados con marrones y amarillos, en lo que se convertían las frondas verdes; aquí y allá un cambio, el que se notaba a lo lejos, con un cerro verde y al lado de este, uno marrón rojizo o casi amarillento, espectáculo indescifrable que nos pone Dios, todos los años por delante; pasamos por el monumento de La Cruz, que como testimonio de fe, se ha construido para que con sus enormes brazos de cemento, de un calido abrazo al que llega a este hermoso rincón del Valle de Calamuchita; pasado el  medio día, encontramos a nuestro guía, acordando salir al dia siguiente, bien temprano, él, se encargaría de todo como para pasar un agradable momento.
          Luego de almorzar, reservamos lugar en una coqueta hostería del centro, que nos había indicado Rodolfo, que  así, se llamaba el guía recomendado, este nos iba a llevar al sitio indicado por Rodrigo; luego, dimos un pequeño recorrido por el pueblo, pasando por la parroquia de Nuestra Señora de La Merced, una sencilla iglesia de blancas paredes, con sus dos bellos campanarios ariente” el lago, estaban las ruinas jesuíticas de la mística capilla, objeto de nuestra visita, que milagrosamente, quedo al descubierto con la construcción de la represa, no eran muy extensas, pero si de una belleza singular, aumentada por su situación geográfica, en medio de aquel panorama selvático y rocoso, que le adicionaba un valor excepcional, muy por encima de su riqueza arquitectónica, que quizás hubiera sido menos apreciada, en un lugar menos romántico.
           El pórtico de la capilla, se conservaba intacto, con todos sus ornamentos y detalles, los otros muros,  sostenidos por gruesas columnas labradas, daban al conjunto un aspecto majestuoso, el techo y la parte de atrás, que daba sobre la  ladera de la sierra, estaban semi derruidos, esta construcción, edificada sobre rocas que lindaban con el arroyo, desempeño un importante papel en la evangelización de los indios naturales de la zona. En el terreno que alguna vez fuera jardín, aun se conservaban algunos árboles Molles, Talas y Sauces, alejados del cuerpo del edificio y gracias a que la mano del hombre, no tocara desde tiempo inmemorial, habían adquirido un tamaño extraordinario.
          El resto de aquel espacio, entre el lago y las ruinas de la capilla, estaba liso y limpio, por el continuo ir y venir de las cabras montaraces, que se acercaban al lago para saciar su sed y de algunos pocos turistas arriesgados y con  conciencia, que llegaban al lugar; estaba tan limpio, que parecía trabajo de escobas. El conjunto, tranquilo, reposado y silencioso, se prestaba a la meditación, sin embargo, no era monótono, la profunda hondonada en la que el lago reposaba, reflejando en sus aguas, los juncos y lotos de sus bordes, las ramas de los árboles que caían lánguidamente sobre las orillas, como si quisieran beber de sus tranquilas y azuladas aguas, ofrecía al visitante, una imagen lírica y un atrayente contraste, con el riente y alocado correr del arroyo, que mas allá, se precipitaba en la llanura, casi convertido en río, se deshacía en espuma y remolinos, al chocar con alguna piedra o tronco, medio sumergido que se encontraba a su paso.
          Luego de esta mas que gratificante visita, nos fuimos alejando de este maravilloso lugar, parte de nuestra evangelización. Ya de regreso en la hostería, nos alistamos para hacer un tardío, pero copiosa almuerzo, un chivito a la cruz y también, a comenzar con las investigaciones detectivescas del caso que había promovido este viaje
Con la foto de Andrea, preguntamos a la gente del lugar, si la conocían o habían visto por el pueblo, a un hombre con un niño pequeño, dando aquí las señas y el nombre del marido de Andrea, en todos los lugares que fuimos, obtuvimos una respuesta negativa, así que decidimos salir hacia Villa del Dique, por la mañana del dia siguiente.
          Ya en la ruta provincial nº 23 y dejando del lado izquierdo al cerro Pistarini, con sus suaves laderas, llegábamos a ver entre bosques y pendientes, las aguas del gran lago del embalse del río tercero, a poco tiempo de esto, llegamos al cruce con la ruta nacional nº 5, que bordea toda la zona de los grandes lagos, justo en el mismo cruce, vimos carteles indicadores de que estábamos cerca de la Clínica Privada de Embalse, en donde Andrea, había dado a luz a Santiaguito, por lo que decidimos hacer un alto a ver que podíamos averiguar en ella.
          La Clínica, era un bonito edificio de tres plantas, entre un parque excelentemente cuidado, en donde varias especies de coniferas, se mostraban altivas y orgullosas de su verdor, en esta apoca de ocres y terracotas, al costado del parque, se encontraba el estacionamiento, dejamos el auto en el, mientras las chicas, llevaban al niño hacia una zona de juegos infantiles, que se encontraba a un costado, nosotros, llevando la foto y los certificados dados por Andrea, nos dirigimos hacia el interior de la clínica, ya en su interior, una amable recepcionista, nos preguntó.
          -¿En que los puedo ayudar?
          Santiago, les mostró los documentos y la foto de Andrea. Pidiendo.
          -Por favor nos podría decir algo de este nacimiento y de sus padres-mientras mostraba la credencial de detective privado.
          La atenta muchacha, se fijo en la fecha del nacimiento y preguntó.
          -¿Qué pasa? ¿Cual es problema? ¿Le pasó algo al niño o a sus padres?
          -¡Si! El padre, rapto al niño y la madre nos encargo el caso, para tratar de encontrarlos.
          -Bien-contesto la empleada-si es así, voy a buscar todo lo que pueda en los archivos, a ver si eso los puede ayudar, a la señora no la conozco, porque soy nueva, pero voy a preguntar si alguien se acuerda de ella.
          -Gracias-dijo Santiago ante la amabilidad de la empleada.
          Nosotros, nos quedamos viendo un plano de evacuación de emergencia del edificio, en la planta baja, la recepción, las oficinas administrativas y la guardia médica, en el segundo piso, lo referente a  electromedicina, consultorios y quirófanos, en el tercero, todo era internación.
          -Que buena clínica-dije- ojala la atención sea tan buena como es en lo edilicio.
          Y nos quedamos hablando de lo bien que había empezado el viaje, mientras veíamos jugar a Matías, ayudado por las chicas, desde una ventana que daba al parque.
          Al rato, apareció la empleada, llevando una carpeta en la mano y acompañada de una mujer con uniforme de enfermera; se acerco a nosotros, diciendo.
          -Esta señora, es la jefa de enfermeras y se acuerda de ellos.
           Nos miramos, como diciéndonos, se van aclarando las cosas, poco es mucho, cuando no se tiene nada,  pregunte saludando.
          -Buenos días señora ¿Qué nos puede decir de esta pareja?
          -Mire señor-dijo ella con voz clara, pero perturbada por el hecho-ellos, parecían un pareja muy feliz, sobre todo el señor, que se desvivía por atenderla, era tan cuidadoso en cosas de la salud de ella, primero en los meses de embarazo y luego con el nacimiento del niño, siempre preocupado por los análisis y estudios de ella, luego por los del bebe, diciendo que la prevención era la futura salud, era tan obsesionado con ello, que hasta parecía enfermo.
                   Se gasto más del doble de lo que hubiera gastado, un excelente marido o un padre  normal; aquí, en la clínica, los médicos le decían que no eran necesarios tantos estudios, pero el siempre insistía y como ella no decía nada, le hacían los estudios, sabiendo que todo daría bien, después del parto, ya de alta, vino varias veces con el pequeño, él, pagaba todo por adelantado, diciendo que viajaba mucho y no quería que ella dejara de hacerle los controles al niño y como ya estaban pagos, ella se sentía mal si no los hacia, por eso cuando la empleada me dijo que ustedes preguntaban por ellos, los recordé enseguida,  no  puedo creer que allá pasado eso del rapto del pequeño ¿Que creen ustedes que puede haber pasado entre ellos? Parecía tan buena persona, pobre chica.
          -Mi querida señora, gracias por su ayuda-continué diciendo con aires de entendido- en cuanto a la respuesta a su pregunta, la mente humana, es tan insondable, que ni los mejores médicos especialistas, logran descubrir en un ciento por ciento sus reacciones, nuestro caso, es lograr encontrar al pequeño para que este con su madre; el resto de la acción, será cuestión de la justicia, una pegunta mas, tiene idea de cómo podríamos obtener una foto de este raro muchacho.
          -No se me ocurre ninguna-dijo ella todavía consternada por los hechos- pero los pagos los hacia en el banco de la provincia, aquí cerca esta la sucursal.
          -Muchas gracias a las dos- volví a decir, mientras nos dirigíamos hacia la salida.
          Las dos mujeres, dijeron y al unísono, que tengan suerte.
          Salimos con una rara sensación de vació, en el corazón y en el estomago, lo primero, podría ser por los nervios, pero lo segundo, seguro que era hambre.
          Así que nos dirigimos con presteza en dirección a las chicas y al auto, fuimos a reservar alojamiento, lo hicimos en el hotel “La Perla” en pleno centro y con una excelente vista al lago, luego de este tramite, necesario como para quedarnos unos días aquí, nos dirigimos hacia un restaurante cercano, ya en el y habiendo pedido el almuerzo, nos pusimos a analizar la conversación de las dos empleadas de la clínica, Paola, al nombrar nosotros  lo del banco dijo.
          -Podríamos ir a el y preguntar si tienen grabaciones de los clientes o alguien recuerde a la pareja.
          -No es mala idea- dije, sonriendo y mirando a Santiago, propuse- esta misión es tarea del señor investigador, mientas llevan de paseo a Matías, nosotros nos podríamos dejar llevar por la maravillosa vista del lago que tiene nuestro cuarto ¿Qué te párese a vos Paola? ¿Podríamos dormir un rato?
          -¿A dormir solamente? Entonces no voy, prefiero ir a caminar.
          -Bueno, bueno –dijo Clara- ustedes a lo suyo, que nosotros vamos al banco, debe estar abierto, porque creo que aquí cierran más tarde, disfruten la vista, que es espectacular, luego nos vemos.
          No era todavía de noche y sin embargo, el día, se retiraba de la tierra, en ese interregno en donde la oscuridad, disputaba con la claridad diurna, observaba a Paola, ”asombrado” de esa renovación constante que poseía en el amor y en la vida, teniendo algo de prodigiosa embriagues, que mezclaba todos mis sentidos, mientras todo daba vueltas a mi alrededor, me di cuenta, que su belleza, confrontaba con la belleza de esta tierra, que nos observaba desde atrás de sus grandes lagos, de sus sierras, de sus bosques, de las rocas, de los senderos abruptos, de las capillas perdidas en las sierras, del aire puro que se respiraba, del sol quemante, de la noche fresca, de  la belleza que todos los días, se asomaba en las brumas del alba.
          Bajamos de la habitación para encontrarnos con Clara, Santiago y el pequeño Matías, estos nos esperaban en el patio cervecero, que oficiaba también de restaurante, Matías, ya estaba prendido a un plato, en donde se destacaban pequeños trozos de milanesas, rodeados de papas fritas y un huevo sin yema, destrozado por las manitos con pan del niño.
          Nos saludamos como si hubiera sido años, que no nos veíamos.
          -Hola-dijo Clara, levantándose para abrasarnos y preguntar con voz socarrona- ¿Cómo pasaron la tarde?
          Santiago la imito. Paola se hizo cargo de la repuesta.
          -Fue de lo más romántico, este lugar es el paraíso y el doctor Guille, me demostró que todavía es un toro en el amor.
          Todos reímos la ocurrencia.
          Luego, pregunté curioso.
          -¿Cómo les fue en el banco? ¿Pudieron averiguar algo?
          Santiago, contesto mirando a las chicas que estaban cuchicheando quien sabe que cosa.
          -Si, hable con el gerente, después de explicarle la situación, nos prometió, que iba a tratar de ver las cintas de seguridad, ya que un cajero, le había comentado, lo raro del cierre de la cuenta, que tenia el marido de Andrea, ya que eso la dejaba a ella sin dinero alguno, siendo una cuenta reciproca, coincidiendo el cierre, con la fecha del rapto del niño.
          Luego, nos pusimos a comentar lo bien que la estábamos pasando, después de haber consultado con el diligente mozo, que trajo nuestro pedido, que consistía en truchas al roquefort y papas bravas, decidimos hacer una visita al casino, dejando a Matías, en una sala  para el cuidado de los menores, con personal especializado, estando él en buenas manos, nos decidimos a pasar una agradable velada, entre juegos de azar, salón bailable y un espectáculo autóctono.
          Nos despertamos ya alto el sol otoñal, que acariciaba tibiamente el lago, dispersando la bruma matinal, este, se encontraba techado de un intenso azul, sin una sola mancha. En los árboles del parque, alejados del jardín principal, entre agitados remolinos de hojas muertas, arrastradas por el viento, se arrullaban dos palomas monteras y en los aleros del hotel, los gorriones marcaban con insistencia desafiante, los límites de sus heredades, allá lejos, un perro alertaba a sus dueños, ante el paso de un desconocido, la calma tibia del lugar, actuaba sobre nuestro sistema nervioso, como el mejor de los psicotrópicos tranquilizantes.
          Luego de retozar un buen rato bajo las sabanas, nos fuimos a duchar juntos. Dios y sus angeles custodios, con sus círculos de colores, comenzaron golpear e iluminar las paredes de la ducha, como para demostrar al mundo, que nuestro escarceo amoroso, no tenia nada de superficial.
          Ya vestidos y satisfechos nuestros apetitos carnales, bajamos al desayunador, para calmar así nuestro apetito estomacal.
          Paola, preguntó ansiosa.
          -¿Guille, que pasaría, si en este viaje quedase embarazada?
          La mire como si estuviera flotando sobre una nube.
          -¿Lo estas?- Pregunte ansioso.
         -No lo se, pero hace unos días que no tomo la píldora.
          La tome de las manos, como hacia siempre, desde aquella primera vez, en la que nos habíamos dado cuenta, de que estábamos enamorados, le acaricie suavemente las yemas de los dedos, en ese contacto, la electricidad producida, fue mucho mas intensa que en otras oportunidades, diciendo con voz trémula, pero segura de lo que estaba pensando.
          -Mi querida mujercita, si así fuera, me convertirías en un hombre doblemente feliz, vos eras la que lo tenias que decidir, yo lo estoy esperando desde hace ya mucho tiempo, ser padre de un hijo tuyo, colmaría todas mis expectativas de vida, después de nuestra relación amorosa, ojala sea así.
          -Bueno, puede ser que tengamos suerte, antes de partir de viaje, consulte al doctor y todo esta perfecto para que suceda, estoy en un periodo de plena ovulación.
          Dijo contenta de mi aceptación como futuro papa.
          -¿Se lo decimos a Clara y a Santiago?-Pregunté, dando por seguro el embarazo y con voz trémula.
          -¡No! ¡No! Si todavía no tenemos nada que decir, aunque algo le comente anoche a Clara.
          -Bueno, esperemos un tiempo para que suceda. ¿Te sentís bien?
          Le pregunte todavía con voz trémula, por la emoción de la noticia. la que estaba esperando desde hace mucho tiempo, a lo que ella, contesto riendo, contenta como una colegiala que había aprobado todos los exámenes.
          -¡Si! tonto, me siento de maravilla, sabiendo de tu entusiasmo en ser papa, ahora dejemos que la naturaleza y el tiempo, hagan su trabajo y ya veremos lo que nos trae.
          Mientras decía esto, su piel, suave y tierna como la melaza, brillaba con intensidad bajo la velada luz del desayunador.
          Vinieron los amigos, ya juntos, decidimos salir de excursión, eso si, siempre llevando la premisa del caso de Andrea y su fotografía.
          El Murallón-Vertedero, la usina Ingeniero Fritz Simón, El museo, El Cerro de los Enamorados, La Gruta, El Club Náutico, El Camino de la Costa, fueron los lugares elegidos, luego de almorzar, continuamos por, Playa el Ceibo, El Mirador y el Cerro Pistarini, regreso, cena y a dormir para restaurar fuerzas.
          Al día siguiente, seguimos con la excursión, La Usina Ingeniero Carlos Cassafaousth, El Lago, El Rió Calamuchita-Piedra del Hongo, Camino de la Sierrita, en donde paramos para almorzar y hacer preguntas, sobre El Caso de Andrea, siempre con negativas ante nuestras preguntas, al marido lo había tragado la tierra, continuamos por La Central Nuclear, Dique Piedras Moras, en donde caminamos disfrutando la flora y fauna autóctona, hasta que el cansancio, nos hizo regresar al hotel, decidiendo que a la mañana siguiente, haríamos las ultimas preguntas y nos despediríamos de Embalse, para dirigirnos hacia Villa del Dique, ciudad natal de Andrea. Y en donde, había comenzado” todo”, naciendo aquí, lo que fuera luego nuestro, “caso”.
          Siempre por la ruta provincial nº 5, ruta que no dejaba de sorprendernos, por su maravilloso trazado, entre curvas, y contra curvas, bosques, pueblos, cerros, puentes como el de Las Vacas, a los pocos kilómetros de cruzar este, se encontraba Villa del Dique, ubicada geográficamente en la punta noreste del lago Embalse del Río Tercero, hasta aquí, venían bien las indicaciones de nuestro guía invisible.
          Buscamos alojamiento, lo hicimos en el hotel Valle Azul, sobre la avenida de Los Pescadores, en el Barrio el Peñón,  frente al lago, a nuestra espalda, el cerro de La cruz, que según nuestro guía invisible, desde él, podríamos ver el lago en todo su esplendor, Villa Rumipal, Villa del Dique, Amboy y otras delicias del lugar, tan bien era idea nuestra, el tirarnos en parapente, cosa que a las chicas, le daba miedo, no por el hecho en si, sino por la edad avanzada de sus esposos, diciendo en broma, que eso era cosa de muchachos, nos instalamos cómodamente en el hotel, luego nos propusimos buscar el restaurante donde había trabajado Andrea, este, se encontraba en el centro mismo de la villa, ahí, nos presentamos ante el dueño del lugar, él, se acordó en el acto de ella, alabando el quehacer y la vida de la muchacha, sus esfuerzos en el estudio, el cuidado de su abuela y  su desgracia por lo pasado en su matrimonio, quedando a nuestra disposición, para lo que creáramos necesario, pero mas que indicarnos, como hacer mas placentera nuestra visita a la villa, nada podía hacer y tampoco sabia como, pero haría que nos atendieran, como si fuésemos dioses griegos, mientras estuviéramos en la villa, él, conocía a todo el mundo, los cuatro le dimos las gracias, Santiago preguntó.
          -¿Nos podría indicar un buen guía? También seria de utilidad si les dijese a sus empleados que si recuerdan algo, nos lo hagan saber, todo dato por insignificante que sea, puede ser de valor para nosotros y ayudar en el problema que tiene su ex empleada.
          -Si, eso puedo hacer-contesto solicito- ya les mando al mozo, con la dirección del mejor guía de la villa, Don Sancho, que tiene también los mejores equipos y el mejor vehiculo de la zona, también les va a tomar su pedido.
          Gracias contestamos al unísono.
          Luego de almorzar opíparamente, los manjares gastronomicos de la zona, fuimos en busca de nuestro futuro guía, haciendo una visita rápida por la villa, típicamente construida al estilo europeo, con muchos chalet alpinos y pórticos de madera, el excelente estado de sus plazas, asfaltos, su camino costero y natural, del que se apreciaba el limite del lago y la montaña, las pequeñas islas, el imponente cerro de La Cruz y su bella marina.
          Llegamos a la casa de Don Sancho, un enorme Mastin Napolitano, salio a recibirnos, no nos ladro, solo nos observaba, fijos sus ojos sobre Matías, este le hablo bajito, diciendo
          -Lindo perrito ¿Como te llamas?
          Una vos fuerte le contesto desde el pórtico de la casa.
          -Se llama Hércules y es amigo de todos los niños, que se portan bien, que andan por aquí y vienen a buscarme, ¿Ustedes son la gente de Buenos Aires? Me llamo el dueño del restaurante en donde almorzaron, para decirme que iban a venir para que los lleve de excursión; soy Don Sancho, como suelen decirme mis conciudadanos, pero en realidad me llamo Eduardo.
          Este, era todo un personaje salido de una historieta, vestido a la usanza alpino suiza, bajo, regordete, de unos cuarenta y cinco años, fumaba en pipa, que era de caña, canoso por su edad, una abundante barba blanca, adornaba su rostro, de persona bonachona, nada parecido a Rodolfo, el guía contratado en La Cruz
          El hombre, había abierto la puerta y Hércules, se hecho al piso, mirándonos inquisitivo, Matías, lo imito, poniéndose encima de el, Clara, miraba con desconfianza al perro, atenta a todas sus reacciones, en unos segundos de mirarlo fijo, dejo de prestarle atención, fue como si madre y perro, se hubieran puesto de acuerdo, sabia que no le causaría daño alguno, ella fue la que hablo primero.
          -Si, los cinco queremos que usted nos sirva de guía, por un par de días, si esta disponible.
          El hombre, que en los pocos segundos que estuvimos sin hablarnos, había observado al perro, a Matías, a la madre, a nosotros y la aceptación que tuvo Hércules en el pequeño, acepto diciendo
          -Si, estoy libre, pero primero deben decirme dos cosas ¿Dónde quieren que los lleve? ¿Y por qué aceptaron tan rápido al perro?
          A lo que conteste  diciendo.
          -Mire, lo del perro no fue facil, pero como la madre es especialista en reacciones, fue ella sola la que lo acepto, el padre y nosotros, no nos oponemos a sus decisiones, ella sabe lo que hace y la dejamos hacerlo, no nos oponemos, pero todavía estamos temblando, en cuanto al lugar, ahora lo decidimos.
          Nos miramos intercambiando ideas, propusimos ir al cerro Champaqui, dar unas vueltas por aquí, ir al cerro de La Cruz y a otros sitios a su elección.
          -Bueno, si les parece bien, déjenme mostrarle en donde los voy a llevar, pasen.
          Él, cerró la puerta detrás nuestro, el perro, lo miró y en esa mirada, preguntó ¿Que debo hacer con el niño?
          -Cuida a ese niño mejor que su madre.
          Dijo él, con voz suave y firme, luego nos pidió que lo siguiéramos, lo hicimos, yendo todos juntos hacia un cobertizo, en el que tenia, todo lo que uno se puede imaginar para el turismo aventura y algo mas, canoas, rollos de sogas de distinto grosor, largo y color, todas bien ordenadas, alas delta, prolijamente plegadas, sobre estantes, arneses de varias formas, poleas y ganchos raros, bultos que parecían paracaídas, tres cuadriciclos, una lancha sobre su trailer y lo que él definió, como su joyita, única en el lugar y todos sus alrededores, una camioneta Explorer 4x4 turbo diesel, equipada con malacate delantero y trasero, un arco sobre la cabina, con faroles especiales, la caja cerrada por una cubierta en v invertida, por las nevadas, explico él, nos dijo que las cubiertas eran especiales para montañas, que el motor no fallaba nunca, estaba preparado para la mayor de las exigencias, el confor interior era excepcional, toda tapizado en cuero gris oscuro, haciendo juego con el gris claro del exterior, pantalla de GPS, radio transmisor con un alcance de ciento ochenta kilómetros  alrededor de su casa, la que lucia orgullosa sobre su techo, una alta antena.
          -Cuando salgo con ella-dijo orgulloso- mi señora se la pasa atenta a la radio, tengo parlantes en todos los ambientes, no hay forma que no me escuche, tan bien estoy conectado a los bomberos, al destacamento policial y a defensa civil, todo para la seguridad de mis clientes.
          Mientras él seguía explicando, todas las cualidades de su equipo, nosotros lo seguíamos como perros falderos, asombrándonos a cada paso que el daba, con sus explicaciones acertadas, luego pasamos a una oficina pequeña, en donde había revistas, libros, folletos turisticos de todo el mundo y en la pared, como trofeos de cazador, las fotografías de todas las personas que habían utilizado sus servicios, él, nos pidió que nos sentáramos, luego  preguntó.
          - ¿El niño viene con nosotros?
          -¡Si! ¡Si! Él siempre viene a todos lados con nosotros- contestaron los padres al unísono.
          -Bueno, si va el niño, debemos llevar al perro, mas vale prevenir que curar ¿Tienen ropa apropiada para la excursión?
          -Si, creo que si-dije mirándolos a los tres- salvo que nos pida algo muy especial.
          -No, lo usual, botas cómodas, ropa fuerte y de abrigo, donde ustedes quieren que los lleve, estuvo nevando y se esperan nuevas nevadas, siempre por la mañana temprano ¿Por donde quieren empezar? Esta provincia, les da a ustedes los turistas, la magia de la naturaleza, la paz del paisaje de sus cerros y lagos; la variedad topográfica del terreno, posibilita la practica de varios deportes de aventura, los que invitan a desafiar su propio ser y experimentar sensaciones únicas, descubriendo el misterio y la intensidad de nuestra tierra.
          Luego de este emotivo discurso turístico, se callo esperando nuestra respuesta, conteste diciendo con entusiasmo.
          -Creo que deberíamos empezar por el cerro de La Cruz y tirarnos en parapente.
          -¡No!-dijo él con sapienza-mejor empezar por algo más liviano, cerca del medio dia, hacemos lo del parapente, que va a ver mejores vientos en el cerro, ahora den un paseo por la costa y el pueblo, que mañana bien temprano, antes del amanecer los paso a buscar, mientras tanto, voy a hacer unas llamadas para preparar todo, ha… no desayunen, yo me encargo.
          Nosotros, le hicimos caso, aprovechando el último sol del dia, que iluminaba al lago y al valle, con un brillo adamantino.
          Levantados bien temprano, nos quedamos en el hall del hotel, a la espera de Don Sancho, este, no se hizo esperar y puntual, estaciono cerca de la puerta, su bella camioneta. Subimos desparramando en su interior, nuestro entusiasmo y nuestras humanidades, en la parte delantera nos ubicamos Paola y yo, por reglamentación, Matías, Clara, Santiago, los bolsos y Hércules, que nos recibió con grandes bostezos,  en la parte trasera. Partimos, tomando por el camino de la costa, luego un camino de montaña, como a los treinta minutos, paro la joyita, para que miráramos el espectáculo que se ofrecía ante nuestros ojos. El resplandor de la ciudad, había desaparecido, como si estuviera detrás de horizonte. El lago, visto de nuestro oscuro mirador, aparecía liso y callado, en sus orillas, los juncos y pastizales, hacían fuerza para ofrecer una paupérrima sombra, de pronto, ante nuestra atónita mirada, se convirtió en una llanura fosforescente, iluminado por los primeros rayos solares, los rojos techos de las casas, se mostraban como grandes fósforos encendidos.
           Él, sonriendo ante nuestro asombro, preguntó.
          -¡Y! ¿Que les pareció el espectáculo? ¿Pinta lindo el dia?
          -Es como si Dios, hubiera bajado para nosotros-dijo Paola apretando con fuerza mi mano.
          -Opino igual –dije yo –impagable.
          -Espectacular- dijeron Clara y Santi.
          -Linda luz- dijo Matías abrasado al soñoliento Hércules.
          Él, arranco la 4x4 y comenzó a moverla, lentamente, mientras nuestros ojos, se despedian de esa imagen inigualable, mientras el lago  tomaba el azul del cielo, nosotros, nos internábamos en un camino de montaña, entre arroyos y hondonadas, en donde se apreciaban, ya con el sol iluminándolos, especies de árboles típicos del lugar, Molles, Chañares, Ceibos.