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lunes, 4 de abril de 2011

El Municipio (7)

-  Ya te dije que no quiero involucrarte en esto, más de lo que ya lo estas, además me gustaría que se queden con Clara, hasta que yo regrese, la visita a la oficina no le cayo nada bien y si no me creen, mírenle el rostro, la miramos, estaba pálida y hacia, las clásicas muecas de las mujeres embarazadas, las clásicas arcadas.
Mientras Santiago llamaba al Comisario Inspector, para decirle que teníamos buenas novedades, en relación a la nota y que lo esperara en la oficina, que ya salía hacia el departamento de Drogas Peligrosas, nosotros, subimos al departamento de Clara, que se encontraba realmente mal, no solo por el embarazo y la visita a la oficina, también tenia miedo de lo que pudiera ocurrirle a Santiago, si el jefe decidía, que él interviniera en algún operativo, en contra de los que estaban en la notas de Antonio.
Por suerte, Santiago llamo a las pocas horas de haberse marchado, diciendo que ya volvía, que lo esperáramos, para cenar, con algo rico, esto tranquilizo bastante a Clara, la que se decidió cocinar, si Paola la ayudaba y de paso, le enseñaría algunos secretos culinarios, los que Paola desconocía en su totalidad, ella no era buena cocinera y Clara, podía enseñarle algunos de los platos preferidos de su jefe; Las dos, desaparecieron en la cocina, mientras yo me quede en la sala viendo un noticiero y tomando mi clásico trago, una ginebra con mucho hielo.
Ya bien entrada la noche, llego Santiago.
-  Hola- saludo preguntando- ¿Cómo están? Venga mi preciosa mujercita ¿Qué le preparo de cenar al hombre de la casa y sus amigos?
Mientras hablaba, nos fue besando, primero a Paola y a mí, por último lo hizo con Clara, a quien levanto haciéndola girar por la sala, como si esta fuera una liviana y grande muñeca de trapo, esta le grito.
-  ¡Bájame troglodita!¿ ya te olvidaste que estoy embarazada?
Los tres, nos pusimos a reír, por la cara de susto que puso él, pensando en un nuevo ataque de ira, que se le paso en el acto, cuando comenzamos a preguntar.
-  ¿Y que paso? -dijo Paola.
-  ¿Qué te dijo el jefe? -dije yo.
-  ¿Qué tenes que hacer vos? -dijo Clara.
-  De una por ves las preguntas, porque así no hay quien entienda, mejor cenemos primero, si prepararon algo y si fue así que hicieron.
-  Lasaña a la napolitana -dijo Clara- Paola me ayudo.
Luego de cenar opíparamente, gracias a las expertas manos de mi secretaria, quien conocía a la perfección mis gustos de buen sibarita, ayudada por la inexperta Paola, en las artes culinarias, la que ponía toda la voluntad posible para ir aprendiendo a conocer mis gustos y sus gustos, ya que era de la idea.“No Errónea", de que toda buena pareja, funciona a la perfección. Con Respeto. Con La Buena Mesa. Y El Buen Sexo, lo demás, era un ir y venir, de ideas personales.
Los tres, le volvimos a preguntar y al unísono ¿Qué paso? Contanos que cara puso el jefe, al ver las notas y las fotos de Antonio, él, pidió silencio y comenzó a decir.
-  Esta bien, les voy a contar, el jefe me recibió en su despacho de la división, en la avenida Belgrano, luego de pedir  que nos sirvan café, me pidió que le diera las novedades que llevaba, le alcance de a una, las fotos y las notas, al principio de la lectura, comenzó a empalidecer, luego, se le coloreo en exceso el rostro, mientras leía, me miraba como si no comprendiera lo que estaba escrito en esas hojas, que tanto daño le estaban haciendo, al terminar de leer preguntó con voz trémula ¿Usted lo ve cierto todo esto? ¿O puede ser una fantasía? Le con-teste, que él que  había escrito todos esos datos me parecía decente, y veraz lo escrito, ya que en forma personal, constate algunos de esos lugares, que aparecen en las fotos, que él policía, era cuñado de Paola Ramírez, la novia de Guillermo De Padua, como usted ya sabe, y eso lo hace mas creíble aun, al llegar la conversación a ese punto, me dijo que lo esperara, que volve-ría en unos minutos, salio llevando todas las notas y fotos, que había hecho Antonio. Como a los cuarenta y cinco minutos, apareció, acompañado de una persona, a la que yo no conocía, saludo parco y no se presento, los dos se sentaron juntos y enfrente mío, el Comisario Inspector volvió a preguntarme, si creía cierto lo escrito en las notas, conteste que si, el visitante, no me sacaba la vista de encima, luego de un rato, el jefe Constanzo hablo dirigiéndose exclusi-vamente a mi.
-  Mire Reyes, hemos decidido cambiar de planes, esto que usted trajo, es una enorme bomba de tiempo, así que debe olvidar todo lo que hablamos, y debe seguir su vida como si nada hubiera pasado, lo mismo dígale al abogado y a las novias de ambos, les voy a mantener un hombre cerca las “veinte y cuatro horas”, por si las moscas, deben seguir su vida lo mas normal posible, y si le parece raro esto ultimo, se lo estoy ordenando, deje todo en nuestras manos, que le vamos a encontrar una solución satisfactoria para todos, y ya se puede ir marchando, gracias por todo, déle mis saludos a todos, que les agradezco de corazón, todo lo hecho y que me perdonen los malos momentos que pueden haber pasado por mi culpa.
Sin mas, me saludaron los dos, luego me marche lo mas rápido posible, y aquí estoy, contento y esperando que mi futura esposa, nos sirva el café, hecho de esa forma tan especial como lo hace Guille, que no me hace arder el estomago.
-  Yo lo sirvo, ya está hecho -dijo Paola levantándose y dirigiéndose hacia la cocina.
-  Santi ¿Qué te pareció lo que dijo el jefe? -pregunte yo- ¿Qué le puede haber pasado para cambiar de planes?
-  A mi no me importa lo que halla sido el motivo del cambio de planes, que tenia con ustedes -dijo Clara con evidentes signos de satisfactoria alegría- a mi me saco un peso de enci-ma y estoy contenta.
Bueno ¡Ya esta! Por lo que dijo el jefe, debemos volver a nuestras vidas, lo mas normal que podamos, así que cambiemos de tema -dijo Santi preguntando- ¿Qué pasa entre Paola y vos Guille? ¿Cuándo se van a vivir juntos?
-  Ya algo hablamos -conteste yo- no profundizamos mucho el tema, pero creo que será pronto.
Paola que venia haciendo equilibro con una bandeja, en la que traía cuatro tazas de hume-ante café, dijo al escuchar las ultimas palabras.
-  Yo creo, que esta semana seria la ideal, para llevar mis cosas a casa y así comenzar a vivir juntos, pero primero, Guille debe conocer a mi papa, a mi hermana y mis sobrinos, para que le den el visto bueno, si pasa el examen, comenzamos con la mudanza, para mi va ser una hermosa experiencia, espero que sea para el bien de los dos.
-  Ves Santi, todavía no vivimos juntos, y ya comenzó con las exigencias, así no vamos a ninguna  parte -dije riendo- las mujeres son todas iguales, en cuanto se nos nota que estamos enamorados de ellas, nos convierten en sus esclavos, para cumplir sus mínimos caprichos.
-  ¡Ah! ¡No! Eso no te lo permito, dame esa taza de café especial, que te la cambio por una con cicuta -dijo Paola también riendo.
Luego, siguieron Clara y Santi, con las chanzas de la convivencia en pareja, habíamos dejado de lado, las preocupaciones del entuerto, en que habíamos estado metidos, ojala nues-tras vidas comenzaran a ser normales otra vez, aunque todavía quedaba por resolver la deman-da de Roberto Coti, pero, eso, solo era un difícil tramite judicial.
A partir de ese momento, nos propusimos olvidar en lo posible, el comienzo de todo. Paola y Yo, nos fuimos a casa a primera hora de la mañana, cuando el sol, tímidamente se asoma, desperezándose sobre las puntas de los techos de las casas, anunciando que un nuevo dia comienza, con la esperanza de que todo sea mejor que el anterior.
Esa semana, la dedicamos a conocer a la familia de Paola, también la lleve a conocer a mi hermana menor, única familia que poseo, desde el principio se llevaron bien, eso me puso sumamente feliz. Luego comenzamos con la pequeña mudanza. Ella, ya conducía el auto con soltura y como solo llevo ropa y algunos recuerdos pequeños, la realizo en varios viajes con él, yo la deje hacer todo a su gusto, se acomodo en casa, como si hubiera vivido en ella toda la vida.
Luego, guiada por Clara, se dedico a realizar visitas a distintos amigos de esta, expertos cocineros, los que le dieron rápidas clases de cocina.
Yo me dedique a terminar casos anteriores al de Coti, todo en el estudio de Ramiro el periodista, también hablaba mucho con Santiago, que en sus visitas ampliaba sus conocimi-entos legales, para poder formar nuestra futura sociedad. Una tarde, apareció Rodrigo en el estudio, nos pusimos a hablar de lo que había acontecido en nuestras vidas en estos últimos días pasados, en relación a las drogas en el municipio.
-  Entonces ya puedo ir preparando mi reportaje -dijo él mientras tomaba nota- solo faltaría saber como lo va  terminar ese jefe de la Policial Federal, junto con sus colegas provinciales.
-  Si, eso queda pendiente de ellos -dije yo- solamente de ellos.
Le agradecí nuevamente el préstamo de su estudio, ya que sin eso me hubiera sido difícil continuar con mi trabajo, también le comente lo bien que me había tratado Emilio, siempre solicito ante mis requerimientos, luego se marcho, contento por mi, porque se me  estaban arreglando las cosas, al rato, lo hice yo, fui directamente a casa.
 Así fueron pasando los días, Paola se adapto muy bien a la casa, y los dos, a la convivencia, todo iba de maravilla, Clara y Santiago, pusieron fecha para el casamiento, la compañía de seguros ya había hecho los peritajes de la oficina quemada y estaba próxima a abonar el seguro, nos juntábamos después del trabajo y antes de cenar, para caminar juntos, esto se lo había recomendado el medico a Clara, por el embarazo, nos divertíamos mucho en esas salidas, ya que el embarazado, parecía Santiago y no ella, por las nauseas que le producían las arcadas de Clara.
Un dia, recibí una citación de los tribunales, era del juez que tenia la demanda de Coti, me presente temeroso de un posible rechazo, pero solo me notifico que le iba dar curso y que era un caso ganado, me felicito por la presentación, cosa rara en un juez, eso me dejo contento.
Esa noche, decidimos con Paola, hacer una cena festejando nuestra unión como pareja, iba ser algo especial, invitaríamos a Clara y Santiago, a mi hermana, su hermana y Antonio, también lo haríamos con Rodrigo. La fijamos para el próximo sábado, ella se iba a encargar de las llamadas de invitación, luego llame a Coti, para darle la buena noticia.
Paola, se esmero en la preparación de la reunión, era su debut como anfitriona, y puso toda su voluntad para que esto fuera a salir bien, era su debut como ama de casa y no quería fracasar.
Llego el esperado sábado, llegaron los invitados, luego de las presentaciones de rigor, comenzamos con la cena, hablando de todo un poco y felicitando a Paola por la elección de los platos y su preparación, todo iba de maravilla, a los postres, se comenzó a escuchar el ulular de las sirenas de los bomberos, entremezcladas con la de móviles policiales y ambulancias, todo el partido se convirtió en un batiborrillo de ruidos, Antonio y Santiago, se dieron cuenta que también sonaban disparos, cerca y lejos, entremezclados con el ruido de las sirenas, nosotros nos quedamos anonadados de semejante batahola, que duro un buen rato, por consejo de ellos, no nos asomamos ni a las ventanas, a mi me pareció extraño, la tranquilidad de cómo lo tomo Antonio, por su condición de policía en actividad y de la zona, todo lo contrario, a preocuparse al no saber que pasaba en realidad.
Solo llamo a su casa, para preguntar a la muchacha que les estaba cuidando a los niños, como estaban y que no se asustaran de los ruidos, que no estaba pasando nada grave, solo eran simulacros, su señora se lo agradeció con un beso en la mejilla.
Les pregunte a todos.
-  Alguno desea algo fuerte para pasar el mal momento, aprovechemos que las mujeres, se van a llevar los trastos a la cocina.
-  Guillermo, a mi servime algo liviano -pidió la hermana de Paola.
-  A mi también -dijo Clara- un vaso de leche.
-  Yo paso -dijo mi hermana.
Los hombres nos decidimos por un whíte horse, regalo de de un cliente agradecido y a la espera de una ocasión especial para el destape.
Toda esta conversación, se realizaba mientras las mujeres parloteaban, haciendo viajes a la cocina, llevando platos, copas, todo lo usado en la cena; Felicitando a Paola, por el éxito de la cena. Los hombres, pasamos a la sala, con copas en la mano, preguntándonos que podría haber pasado, a lo que Antonio respondió diciendo.
-  Miren, lo que paso ya paso, fue, no se puede cambiar, lo hecho, hecho esta, mejor olvi-darlo.
-  Si, tiene razón Antonio -dijo Santi- repitamos el café y miremos una película.
-  Bueno -dije yo- alquile El Vidente, es la ultima, trabaja Nicolás Cage ¿La vemos?
Todos dijeron que si, Paola repartió café, y nos sentamos todos juntos, tratando de olvidar lo pasado, solo con ganas de ver la película y seguir pasándola bien, al terminar la película y hacer algunos comentarios sobre la misma. Antonio y mi hermana hicieron punta, para decir que ya era hora de retirarse.
-  Paola, no se como agradecerles el cambio de Antonio -dijo la hermana bajito- muy rico todo te felicito, gracias por todo.
Se abrasaron y besaron, luego se fueron retirando, primero ellos, luego Ramiro, que iba a llevar a mi hermana, después Clara y Santiago que se quedaron hablando unos minutos más en que Paola le dijo a Clara.
-  Gracias, Clara, sin tu ayuda no podría haberlo hecho.
Mientras las dos se abrasaban y besaban, Santiago se dirigió a mí diciendo.
-  Mañana te llamo, voy a preguntar que es lo que paso.
Después de que todos se fueran, nosotros nos fuimos a acostar, contentos del éxito de la velada, Paola se esmero en poner en practica una vez mas, aquello de la buena mesa y el buen sexo, estuvimos escuchando la música de los Angeles, que acompañaban a Dios, en su paseo diario junto a nosotros, algo muy especial en nuestras vidas.
A media mañana del dia siguiente, sonó el teléfono, ayudándonos a despertar, era Santiago, con las novedades de los hechos de la noche pasada, nos contó lo que había pasado, diciendo.
-  Ustedes no se dan cuenta de lo que paso, porque todavía no se levantaron, fue algo de película, se incendiaron  varias casas, en las tres villas del municipio o casualidad, tres eran las cocinas de las drogas, el éter acumulado en ellas, exploto y destruyo todo, también en distintos hechos, murieron varios efectivos policiales que se enfrentaron con delincuentes comunes, no se los nombres, pero en cuanto lo descubra, los cotejo con la lista de Antonio, seguro que están en ella, si es así, mis colegas se pusieron las pilas y están yendo por el camino mas corto y rápido -luego pregunto- ¿Queres que nos encontremos en la oficina de Rodrigo?
-  ¡Si! Decile a Paola que venga –se escucho gritar a Clara- así le voy enseñando algo del movimiento, para que me reemplace cuando ya no pueda ir más.
-  Espera que le preguntó.
Dije preocupado por lo que había escuchado de Santiago. Paola acepto de inmediato, así podría ir cuando saliera de la municipalidad.
Nos encontramos después del medio dia, entramos juntos, Emilio siempre firme en su puesto de trabajo, nos saludo sonriente y atento, le presente a Paola como mi señora, ya conocía a Santiago como mi socio, subimos al estudio, mientras Clara hacia de guía de Paola, yo termine de hacer lo que me faltaba en un caso de despido injustificado.
Luego, con Santiago nos pusimos a comentar lo del tiroteo y lo del incendio, al decir que a mi no me parecía bien lo ocurrido, que no era lo correcto y si el jefe tenia algo ver, se había equivocado, él contesto diciendo.
     - Mira Guille, si el jefe tiene que ver algo en estos sucesos no lo se, pero creo que es el camino correcto, por qué no prendes el televisor, tal vez en algún noticiero digan algo de ello, pone Cronica o TN.

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