LANGUAGE

LANGUAGE
English French German Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

jueves, 24 de febrero de 2011

La Providencia.

Mis recuerdos, me llevan a uno de esos días, en que me encontraba agobiado por mi azaroso pasado, todavía convaleciente de la agresión sufrida, el nueve de noviembre del año dos mil tres, estando sentado, en un banco de Plaza de Mayo. Aquel día, tuve un encuentro providencial, al principio, la situación me pareció un poco extraña, ya que no me sentía bien de salud, y estuve a punto de retirarme, cuando mi nariz todavía sensible, por los golpes recibidos y las operaciones reparadoras, comenzó a gotear sangre. De inmediato, el hombre que me observaba, me alcanzó un pañuelo descartable, se apoyo en el respaldar del banco, y comenzó a decirme.
A usted le parecerá extraño, lo que voy a contarle, un día me surgió la idea de que podía calificar mi ultimo día, como si fuera  el  mejor día de mi vida, claro, para lograr esto que le estoy diciendo, antes tuve que resolver el barullo mental, y emocional que sufría, por razones que ya casi ni recuerdo, pero si recuerdo muy bien mi pasado de juveniles tonterías, que retardaron mi encuentro con la felicidad, pero eso por suerte ya paso, cuando llego el día en que pude conectarme con la existencia mágica de la providencia ¿Providencia, de que se tratara la providencia? esa era la pregunta que siempre llamo mi atención, porque muchas veces se la escuche decir a mi padre, y a personas espirituales, es por eso que quise investigarla, para poder interpretarla, vea usted, la intuición me decía que algo bueno había en esa palabra, y sabia que en cuanto pudiera descifrarla, encontraría entonces en ella, la solución a todas mis dificultades, en realidad hacia tiempo que andaba en la búsqueda, de algo que pudiera utilizar para poner fin a mis penas, por esa razón, día tras día, mi curiosa observación me hacia sospechar que la magia de la providencia, podría ayudarme, a pesar de que siempre dude de los temas subjetivos, me puse a considerar que la virtud de la providencia, no se trataría de una energía de mera casualidad o de simple azar que podría favorecerme en algún momento. Ella debería ser algo sutil, porque cada vez que lo pensaba, algo se movía dentro de mi, su manifestación no era ni mala ni buena, pero su influencia funcionaba siempre pacificando mi animo, sin exagerar mi relato, creamé, que sentí en varias oportunidades que su vibración era apasionante, que su contacto, me transportaba no se bien a que lugar, para decirlo de alguna manera, su dimensión me parecía inmensa y sentía que la providencia, me participaba en su ancho espacio y me agradaba estar en el, porque ese lugar me parecía conocido, y naturalmente sobrenatural, seguí buscando como inocente niño, hasta que sucedió, que aquel día me quede extasiado entre sus silencios, curiosamente, en ese silencio, pude percibir cada palabra, cada idea, cada revelación, y para mi asombro, en un concierto de melodías sagradas, allí estaba mi alma, reposando dentro del mismo milagro, junto a la misma providencia, que se  mostraba en presencia invisible, y en ella pude felizmente maravillarme.
El hombre, en su relato, sonreía prendido en luces, y hablaba con excelso sentimiento.Yo, quise moverme, para disimular la emoción que me produjo la alegría de sus palabras, pero no pude hacerlo.
Entonces, sentí que los ojos de su alma me contemplaban… Quise hacerle muchas preguntas, pero la emoción me dejo enmudecido, él, como si hubiera escuchado mi pensamiento, me dijo en su mirada, sin mover los labios.
No lo dudes, recuerda que la que la providencia te sostiene con sus leyes sagradas, y si las atesoras en tu mente y en tu corazón, serás por siempre afortunado, ahora bien si deseas iniciarte en el conocimiento, te dejo para que medites la ley que dice.
Todo lo que me suceda hoy, es lo mejor que me puede suceder”.
Dicho esto, el hombre se quedo en silencio, Yo, aproveche para ver si mi nariz había dejado de sangrar, cuando levante la vista, vi que levantaba vuelo una paloma, que había estado posada sobre el banco, mirando como esta se alejaba, me quede pensando en la ley.
Todo lo que me suceda hoy, es lo mejor que me puede suceder”.
Así por aquel encuentro providencial había aprendido, que solo en el hoy, puedo vivir y morir en el mejor día de mi vida
El hombre aquel, había sido mi padre, que una vez mas, me había enseñado cosas de la vida.Para tratar de ser feliz

1 comentario: